Las viviendas de protección oficial en Eirís: malas calidades y destrozos por actos vandálicos

Las viviendas de protección oficial en Eirís: malas calidades  y destrozos por  actos vandálicos
Las humedades en paredes agrietadas son una visión habitual en estos bloques | QUINTANA

Los vecinos de los números dos y cuatro de Javier López López, del 145 de la avenida de Monelos, y el dos de la avenida de Lamadosa comparten un mismo problema: las viviendas de protección oficial en las que viven se caen a pedazos, mientras que los inquilinos de varios pisos de alquiler social no paran de causar problemas y destrozos, y traficar con drogas y las autoridades no les ofrecen ninguna solución. Es algo parecido a lo que ocurrió en Ribeira Sacra, Novo Mesoiro, con otros edificios de la Xunta. Ahora, un puñado de vecinas ha decido actuar por la vía administrativa.


“El agua se nos cae por el techo en el garaje cuando limpian arriba, del -1 al -2, tenemos grietas en las paredes, y agujeros en los techos, humedades porque pusieron mal las canalizaciones...”, enumeran. La lista es interminable, sobre todo porque los inquilinos del Ayuntamiento, que se encuentran en el número 145 de la avenida de Monelos y el 4 de Javier López López no paran de destrozar elementos comunes. Por ejemplo, robaron la toma de tierra del pararrayos de uno de los bloques de vivienda, algo que también ocurrió en Ribeira Sacra (15, 17, 19 y 21) en 2018. Ambos bloques se entregaron casi al mismo tiempo y parecen compartir destinos semejantes, aunque en el caso de Novo Mesoiro los problemas se centraban en los inquilinos problemáticos.


“En 2011 se constituyó la comunidad y, desde entonces, no hemos tenido más que problemas. Empezamos con derramas pequeñas, y se han ido haciendo más grandes”, señala otra vecina.  Tras reunirse el jueves con responsables de la Xunta, estos les explicaron que, aunque aceptaron hacerse cago de la reparación de la fachada del edificio porque era urgente (ya está concluyendo), las demás obras deberá afrontarlas la comunidad.  

 


Sin competencias

 


En cuanto a los inquilinos de los pisos sociales, ubicados allí por el Ayuntamiento, la alcaldesa, Inés Rey, no ofreció muchas esperanzas a los afectados al señalar ayer que “el Ayuntamiento ejerce todas sus competencias, pero que hay algunas exceden el ámbito municipal, como es la vida en una comunidad de propietarios”.  


De todos modos, Rey recordó que existe servicios de mediación municipales que pueden ayudar las diferencias entre vecinos, pero es poco probable que ayuden a juzgar por las anécdotas que cuentan. Por ejemplo, como ocurría también en Novo Mesoiro, los inquilinos problemáticos suelen defecar en los ascensores. “Es inhumano. Yo tuve un problema con uno en el garaje y cagó al lado de la escalera”. “Hay un vecino que tiene un perro grande: lo saca a la calle, abre las bolsas de basura del contenedor y así le da de comer”, explica una.


Muchos son antiguos chabolistas, que trafican con drogas, según afirman los vecinos, y que no parecen dispuestos a adoptar las mínimas normas de convivencia


El servicio de limpieza no da abasto y la falta de higiene en garajes o trasteros explica que tengan infestaciones de cucarachas o ratas. Mientras que algunos siguen protestando, otros pareen resignados. Los policías cuestionados también se lavan las manos: “Cuando se trata de una propiedad privada, estamos muy limitados”. 

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