Reportaje | Womex en A Coruña o cómo dar la vuelta al mundo de la música en 250 stands

Reportaje | Womex en A Coruña o cómo dar la vuelta al mundo de la música en 250 stands
Dos asistentes intercambian pareceres | Pedro Puig

Resulta imposible intuir, de puertas afuera de Palexco, la suerte de metaverso en el que uno se siente nada más adentrarse. En ocasiones caótico por la amalgama de sonidos cruzados, pocas experiencias a nivel global pueden concentrar semejante diversidad en un espacio tan concreto. Es la magia de Womex o el gran mercado universal de la música: una feria para profesionales del sector que podría pasar por la ensoñación media de cualquier melómano.  


El sistema no difiere demasiado de cualquiera de cualquier evento con stands y actividades. Al fin y al cabo se trata de informar, convencer o vender. Sin embargo, solamente por un aspecto cultural y por el imperio del inglés como forma de comunicación es fácil sentirse en la zona de tránsito de un aeropuerto. Incluso los asistentes, alrededor de 3.000, caminan a un ritmo en ocasiones altísimo. No es fácil pasar de Finlandia a Armenia sorteando músicos, productores y empresarios de todo tipo en pleno intercambio de pareceres.  


Llama poderosamente la atención que, en cuestión de horas, Palexco se ha convertido en un pub de Candem o el Soho londinenses: cuelgan de las paredes tantos anuncios de artistas, actuaciones, conciertos y promociones que ni siquiera se intuye la columna que los sustenta. De las cajas de los instrumentos de muchos de ellos también unas cuantas pegatinas, testigo de la vida de un artista de interiores, aún no de gran estadio. 


Dentro de cada stand el tiempo se para. Es el momento de que cada uno de los países presentes (es más fácil enumerar los ausentes) logre una escucha pausada y explicar los pormenores de la misma. El stand en sí, de hecho, tiene algo de promoción turística: bebidas y repostería tradicional en unos, trajes folclóricos como en Israel o la zona de los Urales, o simplemente el made in Italy que tan bien funciona para todo. 


Sin haber comenzado el festival en sí en ocasiones resulta imposible mantener una conversación sin tener que elevar el tono por encima de alguna actuación improvisada. Por ejemplo, entre un artista de flamenco y un africano que han coincidido y decidido improvisar.


A Coruña ya puede presumir de haber sido sede de la Gran Exposición Universal, con la coletilla de la música. El gran mercado mundial del sector convertido en un ‘mercadillo’ de Portobello. 

Reportaje | Womex en A Coruña o cómo dar la vuelta al mundo de la música en 250 stands

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