Reportaje | El mensaje animalista que el Ayuntamiento quiere enviar con las palomas

Reportaje | El mensaje animalista que el Ayuntamiento quiere enviar con las palomas
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Es difícil encontrarle valor a las aves que comparten la ciudad con los coruñeses, excepto quizá para que los jubilados se entretengan tirándoles miguitas de pan. Gaviotas patiamarillas, estorninos y palomas son considerados por la mayoría de los coruñeses como una molestia o una verdadera plaga. Todo depende de si ese día se han encontrado el coche cubierto de excrementos o si los polluelos del nido del tejado de al lado les ha dado por piar. Las palomas, en particular, se han ganado motes desagradables, como “ratas voladoras” o “aves de alcantarilla”.
Pero el Ayuntamiento considera que existe una recurrente demanda ciudadana de lo que denomina “atención á fauna alada”, así que este año ha puesto en marcha un programa de atención 24 horas, no tanto por las molestias que pueda causar, para lo que ya existía un servicio de control de aves, sino para salvar a los pájaros que los ciudadanos descubran atrapados o heridos. Incluso sin son gaviotas o palomas.
Porque estas especies tienen valor, sobre todo para los ecologistas. Desde el Grupo Hábitat, su vicepresidente, Santiago Vázquez, señala que no hay que culpabilizar a las gaviotas, palomas y estorninos de las molestias que causan: “La culpa es nuestra. Es normal que acudan a la ciudad por toda la comida que pueden encontrar aquí”. En el caso de las gaviotas, no son los abuelos en los parques públicos su principal fuente de alimento, sino los descartes de los pesqueros en el puerto y los grandes vertederos de Nostián y Cerceda. “Se puede ver cada día a las gaviotas volando al amanecer hacia allí y volver con la comida”, denuncian. 
De todos modos, el Grupo Hábitat señala que no existe una superpoblación de aves en A Coruña, gracias en parte a que el Ayuntamiento mantiene desde hace años un contrato para el control de estos animales. De la especie autóctona de gaviota, la patiamarilla, Vázquez calcula que puede haber entre treinta y cuarenta parejas en las islas frente a O Portiño y puede haber el doble fuera de ellas. “Es una especie a la que no damos valor pero es autóctona y solo anida aquí, en Portugal y en Asturias”, reivindica el ecologista.
Viaje de ida y vuelta 
Grupo Hábitat, así como Adega o los animalistas de Arco Iris, están favor del “sacrificio cero” de los pájaros, que es otra de las medidas implantadas por la Concejalía de Medio Ambiente. El nuevo contrato, que se centra en las especies más abundantes, espefica que “todos aqueles exemplares que por algunha circunstancia sexan capturados serán liberados no medio natural”. Esto sí que ha suscitado extrañeza entre los ecologistas, que consideran muy probable que las aves simplemente vuelvan a sus hogares. Sobre todo, en el caso de las palomas, animales conocidos por su extraordinario sentido de la orientación. “Las palomas siempre vuelven al lugar donde nacieron, no solo las mensajeras”, apunta Vázquez. 
Eso significa que si la empresa concesionaria del servicio consiguiera capturar con vida a unas palomas que invadieran el tejado de un inmueble y las soltara en Vigo después de jugar con ellas a la gallinita ciega, estarían al día siguiente de vuelta en casa. La idea es trasladar las gaviotas, a “zonas naturais” para que no aniden en los tejados, evitar que las palomas críen en edificios y usar sonidos para espantar a los estorninos, de los que a ciudad recibe una gran población de la subespecie pinto hasta marzo. 
También se ha anunciado que anillará tanto gaviotas como palomas. En total, el programa costará 163.000 euros por temporada El Ayuntamiento ya se ha llevado dos premios de la Fundación Franz Weber y la Plataforma Pola Protección Animal y ahora vuela a por el tercero. l

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