La red de tiendas de compra de oro se redujo un 73% por la falta de oferta

La red de tiendas de compra de oro se redujo un 73% por la falta de oferta
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La época dorada de los establecimientos de compra-venta de oro pasó ya hace unos años, pero la red de tiendas disponible en la ciudad se va haciendo cada vez más pequeña. No es la mejoría económica el principal motivo que está detrás de los cierres, sino que la mayoría de los particulares se quedaron sin objetos que vender hace tiempo, en las primeras ocasiones en las que apremió la necesidad de dinero. 


En general, los responsables de los negocios de Compro Oro que sobreviven en A Coruña rechazan hablar con los medios, pero hay quien sí reconoce que la cantidad de comercios de este tipo ha ido cayendo mucho en los últimos años. Si el sector estima que llegaron a alcanzar las 70 tiendas en el peor momento de la recesión para las familias, ya en 2015 este diario publicaba que el número había bajado hasta 25. 
Casi tres años después, el encargado de todas las tiendas de La milla de oro en Galicia, Fernando Illanes, comenta que quedan unos “19 locales”, sin contar con los del área metropolitana. Hasta seis de ellos pertenecen a esta cadena, que tuvo una posición estable en todo momento. La caída global fue de prácticamente un 73%. 
Desde la Federación Unión Comercial Coruñesa (FUCC) reconocen que ese cambio de ciclo era normal porque proliferaron por una “cuestión circunstancial” en la que los coruñeses necesitaban vender o empeñar. A medida que la situación económica dejó de “apretar tanto” y según se iban despachando las joyas el mercado se iba reduciendo. 
 

Un precio estable
El propio Illanes relata que no hubo “un cambio de la clientela, que es la misma” pero que “se vendió mucho en su día” y el sector tuvo que ir a menos. Ahora acuden a vender de forma más puntual aquellas personas que necesitan un ingreso con urgencia y lo que se vende “son piezas que no se ponen, regalos de comunión, herencias...”. 
El dinero que se ingresa va destinado a comprar otra cosas, quizá no de primera necesidad. “También hay gente que vende algunas cosas y hace una inversión en lingotes”, destaca Illanes, pues en los establecimientos que representa suelen registrar este tipo de peticiones. 
Lo que apenas ocurre es que la gente acuda a los “Compro oro” a pedir algún producto para hacer un regalo, por lo que la gran mayoría se destina a fundir. Para aquellos que todavía guarden alguna pieza, el precio del oro no es ahora tan elevado como en 2012 pero sí está estable. El sector no lo está tanto, su realidad se va ajustando como lo hicieron los comercios de venta de cigarrillos electrónicos o como parece que lo harán las lavanderías.

La red de tiendas de compra de oro se redujo un 73% por la falta de oferta

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