El ‘protector’ de la prisión provincial de A Coruña critica la inacción de las administraciones

El ‘protector’ de la prisión provincial de A Coruña critica la inacción de  las administraciones
La cárcel se encuentra precintada y cerrada | P. G. Fraga

No han sido pocos los que han llamado la atención sobre la situación en la que se encuentra, desde hace años, la prisión provincial, pero pocos lo han hecho de la manera en la que lo ha hecho Ricardo. Estos últimos días saltó al primer plano, porque llevaba dos meses dentro de la antigua cárcel y la abría al público para mostrar “el potencial increíble” del inmueble, pero que fue desalojado, además de porque el inmueble está cerrado desde hace casi una década, porque la estructura presenta problemas en varios puntos.
 

Ricardo, que explica que siempre “me preocupo y ocupo de mi ciudad”, asegura que el edificio es “robusto, resistente y muy, muy seguro”. Culpa a los partidos políticos “del abandono, desidia y dejadez” sobre la prisión. Asegura que no son necesarios los 30 millones que se dicen para su rehabilitación, “con 15 millones son suficientes” y que la cárcel “merece mucho más que un simple vigilante”.
 

Asevera Ricardo que él solo era un “guía” y un “cuidador” y denuncia “represión” por como ocurrió el desalojo: “catorce policías contra solo una persona”. 


Hace una década que la prisión tuvo que ser cerrada por motivos de seguridad, cuando ya se realizaban allí eventos culturales, como el S8, que celebró allí alguna de sus primeras ediciones. Hace unos cinco años se volvió a plantear llevar a cabo actos en la prisión, pero tanto la inseguridad, como los litigios sobre su propiedad mantuvieron ‘vacío’ el inmueble.

 

Historia

La vieja cárcel provincial se levantó hace casi un siglo para poner fin al periplo carcelario de la prisión de O Parrote. Así, se construía un nuevo edificio con el que se sacaba del centro de la ciudad a los presos, pero se mantenía igualmente bien comunicada. Fue a finales de los años 20 (en 1927) cuando se recibió el edificio.
 

Su funcionamiento se mantuvo durante tres décadas, no sin sobresaltos (como la explosión que en los años 40 causó destrozos en la prisión), hasta las primeras necesidades de rehabilitación. El deterioro de las instalaciones obligó a actuar a finales de los 60. La construcción de Teixeiro hizo que la actividad penitenciaria se trasladara allí a finales de los años 90, convirtiendo la prisión en un nuevo ‘emplazamiento cultural’.


Así se utilizó, aunque se llegó a plantear la posibilidad de crear un centro de interpretación de la Torre. Ahora, espera por soluciones y a un posible tapiado para ‘evitar’ nuevos ‘guías’. 

El ‘protector’ de la prisión provincial de A Coruña critica la inacción de las administraciones

Te puede interesar