Josan Mosteiro | “Al periodismo hay que cuidarlo, igual que la enseñanza, es un poder igual de importante”

Josan Mosteiro | “Al periodismo hay que cuidarlo, igual que la enseñanza, es un poder igual de importante”
El escritor Josan Mosteiro | pedro puig

 Una historia de desapariciones que comienza con una aparición, una investigación que no protagoniza un policía y unos antagonistas con un propósito creíble. Josan Hatero ha buscado darle la vuelta a los códigos del thriller y se ha traído su nueva historia a Galicia. Así, para la ocasión de publicar “La Cosecha Pálida”, ha decidido homenajear a su familia materna y firmar con su segundo apellido, Mosteiro.  

 

¿Por qué ambientar la novela en Galicia?

Un poco porque siempre me ha gustado jugar a la contra. He intentado dar la vuelta a los códigos típicos del género. A veces, tanto en la literatura como en la vida eliges por negación, a lo mejor no sabes a donde quieres ir, pero sí sabes a donde no quieres ir. Yo lo que quería era dar vuelta a esos códigos. El thriller es un género muy de asfalto y yo quería que fuera algo rural. El escenario rural que yo conozco bien es Galicia, en concreto Melide, porque mi madre es de allí. Por eso escogí Galicia y la publiqué con mi segundo apellido, en lugar del primero, con el que publico siempre (Hatero).

 

Además de la ascendencia, ha pasado mucho tiempo por aquí.

Sí, de niño y hasta los 18, 19 años, cuando murió mi abuela, venía cada verano. Luego dejé de venir, porque me daba un poco de pena. Después vine a un par de congresos de escritores que organizaba Camilo José Cela, hice algún viaje con amigos, pero era más de paso. Pero desde hace diez o doce años vuelvo a venir cada verano. Y, además, estancias largas, de mes y medio o dos. La anterior novela la escribí durante los últimos cuatro o cinco veranos que pasé por aquí, en Melide.

 

También se imbuye en la mitología celta.

Siempre me ha llamado mucho la atención. Además, cuando viajas por Esocia o Irlanda, ves coincidencias, por ejemplo, ellos también tienen una especie de lavandeiras. Además, cuando yo era niño, jugaba con mis primas y, para ellas, todas estas cosas, la Santa Compaña, las meigas... era algo real, no era una leyenda, era algo a lo que había que tener miedo. Y eso, además de asustarme, me fascinaba. Siempre me ha gustado el tema de las leyendas. En este caso, el de los mouros, que es un pueblo que vive bajo tierra, tiene un gran poder metafórico: los secretos que la gente esconde. Le daba valor a la novela.

 

Dice que busca darle la vuelta a los tópicos y le da mayor importancia al papel femenino.

Exacto. Este personaje de Crucita, sin hacer destripe, se ve que le han lavado un poco la cabeza, que tiene ahí un punto de crítica social, y me interesaba que la persona que descubriera que le ha pasado realmente no fuera de la fuerza de la ley, quería que fuese alguien normal, con un trabajo normal y, en este caso, que fuera una mujer. Que no fuera una chica rescatada por un tipo, sino que fuera una mujer la que lo investiga. Entonces, que fuera una periodista me iba muy bien, porque el alma de un periodista son las preguntas, por lo que el diálogo hace que la historia tenga mucho más ritmo, sea más rápido, más ágil.

 

En Asunta deja ver un aire de romanticismo por el periodismo, además de maltrato.

Está muy maltratado el periodismo. Yo he trabajado de periodista. Al periodismo hay que tenerlo cuidado, igual que la enseñanza, igual que la sanidad, es un poder igual de importante, o equivalente. Y sí que hay maltrato, el periódico que me invento, “El Eco norteño”, es un medio digital y Asunta cobra por noticia, ni siquiera está en plantilla, es decir, tiene que hacer muchas noticias para llegar a final de mes.

 

Aunque esto es un thriller, en la realidad no le gusta la temática.

Sí, sí (ríe). Me interesa mucho como contamos y construimos historias. Pero, la maldad, no estoy equipado para entenderla, no entiendo como alguien puede hacer daño a propósito. Me deja indefenso. Me incomoda mucho el conocimiento de la maldad. Pero en la ficción todo me vale. l

 

Josan Mosteiro | “Al periodismo hay que cuidarlo, igual que la enseñanza, es un poder igual de importante”

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