Jacobo Dono, voluntario de la AECC: "Yo estoy saliendo de la enfermedad y ojalá pudiera hacer más"

Jacobo Dono, voluntario de la AECC: "Yo estoy saliendo de la enfermedad y ojalá pudiera hacer más"
Jacobo Dono, voluntario de la AECC, en la mesa de la asociación en la calle Real / Patricia G. Fraga

Los chalecos verdes de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) salieron este jueves a las calles de A Coruña para buscar fondos con el reto de superar el 70% de supervivencia en esta enfermedad. Entre ellos estaba Jacobo Dono, voluntario desde hace más de cinco años. Él está “saliendo de la enfermedad” y ahora dedica su tiempo a apoyar a una asociación que le ha ayudado "muchísimo".

 

A Jacobo Dono le detectaron cáncer de colon en un cribado, pero ya conocía de antes a la asociación. “¿Quién no tiene a un familiar o a una persona que tenga cáncer? Hoy, desgraciadamente, es así”, lamenta en la calle Real, donde hacía sonar con fuerza su hucha para animar a la gente a donar. 

 

“Yo casi estoy limpio, pero tenía que hacer algo. Cuando te llaman a la puerta, ves la realidad de las cosas. Y a mí me ayudó muchísimo la asociación porque, además de que invierte en investigación -que es la salvación-, es totalmente gratuito para el paciente. Hay que luchar por ella", afirma el voluntario. 
 

Un positivismo contagioso

La asociación fue un apoyo muy importante durante su tratamiento, al igual que su mujer. "Yo también lo llevé muy bien, pero no sabía lo que me iba a pasar. Evidentemente tienes los momentos de llorar y de querer tirarte por la ventana, pero el coco es la mitad de la sanación", asegura.

 

Cuando le diagnosticaron la enfermedad era verano y decidió reservar una mesa "en un restaurante bueno" y llevar a su mujer a "comer como reyes". "Hay que tirar para adelante como sea. No evitas muchas veces noches en las que se te caen las lágrimas, pero lo mínimo posible. Yo voy al hospital y siempre le digo a la gente: 'positivo siempre'".


Encontrarse a gente en su situación ayudó a Jacobo Dono a no sentirse "un bicho raro". "En un Camino de Santiago que programó la asociación para enfermos, me encontré con 150 personas que estaban igual que yo. Y  eso me ayudó muchísimo", recuerda.  


El día a día como voluntario

Ahora, ya jubilado, Jacobo asegura que tiene "todo el tiempo del mundo" para dedicarle a las personas que están en la misma situación por la que él pasó. "Hago mil cosas. Desde estar hoy aquí (en la recaudación) a ir todos los viernes al hospital. Vamos tres compañeros con un carrito, como los aviones, y nos recorremos todo lo que es oncología. Intentamos dar ánimos, sacar una sonrisa, ofrecerles algo para tomar y, si la persona quiere hablar, ahí estamos", cuenta.


Cada quince días también participa en un "paseo saludable" con otros pacientes y hace acompañamiento a enfermos. "Si la psicóloga ve que alguien está solo en casa y lo necesita, te llaman y vas un par de horas. Yo lo he vivido y sé lo que es. También entiendo al que no quiere nada. Cada uno reacciona de distinta forma", explica el voluntario. 

 

El agradecimiento que vuelve

Jacobo Dono asegura que se emociona muchas veces con la reacción de los enfermos. "Una señora hasta nos dedicó una señora una poesía que me hizo llorar. Y hace poco otra nos envió una carta conmovedora. Las voluntarias hacen como unos cojines que se les regala a los pacientes cuando están en la quimio para apoyar el brazo. Esta mujer se lo llevó  para casa y el hijo quedó emocionado. Le dijo 'esto es el cojín de la salvación'", cuenta. 

 

Por historias como esta, Jacobo Dono pide "la colaboración total de la gente" para que la asociación pueda continuar su labor totalmente gratiuta para los pacientes. "Hace falta porque desgraciadamente esta enfermedad cada vez va más. Como digo yo siempre, un grano no hace un granero, pero ayuda al compañero”, recuerda. 

Jacobo Dono, voluntario de la AECC: "Yo estoy saliendo de la enfermedad y ojalá pudiera hacer más"

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