Una influencer y un sueco eligen A Coruña para aprender a cocinar

Tatiana Berlanga y Johann Pruteanu completaron el primer año del curso de cocina profesional BeCook
Una influencer y un sueco eligen A Coruña para aprender a cocinar
Tatiana Berlanga y Johann Pruteanu, en la cocina de la Escuela de Hostelería Álvaro Cunqueiro | patricia g. fraga

La globalización ha provocado intercambios tan curiosos como que mientras los coruñeses ‘van’ a Suecia a por muebles, los vikingos  acudan a la ciudad para formarse en la alta cocina. Parece cuestión de un monólogo, pero es la realidad que se encontraron este curso los responsables del curso BeCook de la Escuela de Hostelería Álvaro Cunqueiro. La otra, es cómo una de las influencers culinarias que más interés despierta ha llegado a la misma conclusión: ningún sitio mejor que A Coruña para aprender a cocinar como un profesional.

 


Esas dos historias tienen nombre y apellidos. Se trata de Johann Pruteanu y Tatiana Berlanga. Él, nacido en A Coruña, pero residente toda su vida en Malmö, ha recorrido media Europa a pesar de su juventud (21 años) y ha hecho el camino de vuelta a los orígenes gracias a las buenas referencias. “Me interesaba hacer cocina y España es lo mejor de Europa en ese sentido; además, A Coruña tiene el producto más top”, indica. 

 


Ella, nacida en Bilbao hace 44 años y coruñesa de adopción desde pequeña, tiene en Instagram y TikTok todo un medio de ganarse la vida. Medio millón de seguidores disfrutan a diario de su contenido en la cuenta ruidoenlacocina, y nada mejor que implementar ese servicio que un pedigrí de formación, ya que hasta ahora se trataba de ser autodidacta. “Era esteticista y llevaba 22 años en Loida, pero cuando empezó la pandemia empecé a tener seguidores ‘a cascoporro’ con la cocina y lo dejé. Aplicaba técnicas de mi madre”, subraya. De hecho, además de por los seguidores, su trabajo ha sido también reconocido en las grandes galas de ese mundillo. Recientemente fue una de las nominadas en los premios Creadores, en la especialidad de gastronomía. Ese target y las características del mundillo le obligan a una disyuntiva de cara al próximo año. “Creo que me voy a quedar con las redes, pero en este curso he aprendido, más que las recetas en sí, métodos y técnicas, además de cómo hacer para conservar los alimentos”, indica. Otra de las razones, además, pasa porque en la balanza pesan mucho más los ingresos digitales que la aventura de autónomo.


Futuro

Posiblemente ninguno de los dos alumnos continuará el próximo año. En el caso de Johann, y a pesar de lo satisfactorio de la experiencia, es cuestión de inquietud y curiosidad. “Me gustaría seguir con la gastronomía en otro país y montar algo en Bélgica o Luxemburgo, donde ya estuve varios años”, confiesa. 


El falso canelón de mango relleno de rabo de ternera es el ‘must’ que recomienda Tatiana de creación propia. Johann, por su parte, se inclina por la hamburguesa  de cordero rebozada con dátiles y beicon. 

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