El crecimiento del área alienta las actuaciones antidroga conjuntas entre la Guardia Civil y la Policía Nacional

El crecimiento del área alienta las actuaciones antidroga conjuntas  entre la Guardia Civil y la Policía Nacional
Agentes de la Policía Nacional, durante una operación por drogas en la calle de San José, en junio | patricia g. fraga

Esta semana, ‘Garfio-Trunko’, una operación conjunta de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, consiguió desarticular una banda albanesa de traficantes de heroína que actuaba tanto en el área coruñesa, en una de las más importantes operaciones antidroga de este año. La subdelegada del Gobierno, María Rivas, señaló que todavía se halla bajo secreto de sumario. En todo caso, no se esperan más arrestos, aparte de los ocho que se han efectuado, entre españoles y albaneses, así como la incautación de tres kilos de heroína. Esta clase de operaciones conjuntas es frecuente. En parte, porque las bandas de narcotraficantes actúan en varios núcleos de población y no solo en A Coruña, y también porque tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional siempre sufren de escasez de efectivos.  
 

Los agentes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil y de la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional, se complementan en cierto sentido. Por ejemplo, los primeros aseguran que sus dispositivos son más eficaces, mientras que los segundos mantienen que los medios con los que cuentan son más avanzados. En todo caso, es habitual que, cuando un policía judicial de uno u otro cuerpo introduce un nombre o una matrícula en la base de datos, le salte el aviso de que ya se encuentra bajo investigación.
 

Bandas con varias bases 

Este suele ser el comienzo de una operación conjunta. A partir de ahí, se comparan notas y se comienzan las pesquisas, que en operaciones como ‘Garfio-Trunko’ pueden alargarse durante meses. El objetivo es conseguir sorprender a los sospechosos en medio de una operación de compraventa o en posesión de mucha droga, y para ello les siguen en sus viajes por el área metropolitana. En este caso, por ejemplo, operaban en Sada, y Carballo y ya en A Coruña, en Monte Alto y en la ronda de Outeiro. 
 

Las operaciones conjuntas han llevado en los últimos años  a zonas como O Castrillón, O Burgo, Arteixo, Culleredo, Oleiros... Los traficantes importantes suelen tener varios pisos distribuidos por el área. En algunos trafican y en otros se limitan a almacenar el material de forma provisional. Son siempre traficantes de nivel medio, como mínimo, que mueven varios kilos de droga, normalmente cocaína, que es la más consumida, puesto que las operaciones pequeñas, de menudeo, rara vez trascienden el entorno de un municipio, y por tanto no se cruzan las investigaciones.


Porque, en cierto modo, los agentes de la autoridad suelen ser celosos de su trabajo, en el que suelen invertir muchas horas de vigilancia antes de proceder a la detención, así que son algo territoriales, una prueba de ello es que las operaciones conjuntas tienen siempre un nombre doble “Garfio-Trunko”, “Fireball-Kazino”, “Croma-Roble” o “Marmitaco-Apache”, son ejemplos de ello, en los que guardias civiles y policías nacionales parecen también competir por bautizarlas con los nombres más extraños.

El crecimiento del área alienta las actuaciones antidroga conjuntas entre la Guardia Civil y la Policía Nacional

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