Crece el número de bicicletas robadas en la calle y vendidas a través de internet o a traficantes de drogas

Crece el número de bicicletas robadas en la calle y vendidas a través de internet o a traficantes de drogas
Bicicletas en el local de San Lucas donde se realizó la redada | javier alborés

Cada pocos días en las redes sociales aparece un mensaje alertando de que a un ciclista le ha desaparecido su vehículo, que había dejado encadenado en una calle de Monte Alto o de Os Mallos. 


Fuentes policiales consultadas confirman que el robo de bicicletas es un fenómeno en alza, fomentado por su uso cada vez mayor y por el alto precio que alcanzan algunos de estos vehículos de dos ruedas. Por eso a nadie le extrañó cuando, en una reciente redada de un punto de venta de drogas en la calle San Lucas, aparecieran entre los objetos robados un montón de bicicletas.


Muchos ladrones son toxicómanos y/o pequeños delincuentes que buscan obtener dinero rápido y con poco riesgo, de la misma manera por la que se roba en los coches aparcados. Solo hacen falta unas cizallas para romper la cadena. Luego se vende a través de internet (normalmente por un precio bastante inferior al real) o, en el caso de los toxicómanos, directamente al camello. El septiembre del año pasado, la Policía también encontró bicicletas y patinetes robados en una casa donde se vendía droga en la calle Asturias, en Os Mallos. Porque, al igual que las bicicletas, los patinetes se han convertido también en un objetivo fácil para los ladrones, y desaparecen a menudo.


Las bicicletas de gama alta son las más codiciadas por los ladrones porque se pueden vender por componentes, como los coches, y resultan muy fáciles de vender. Cada vez hay más demanda de bicis, dado que el público las utiliza para desplazarse a diario y suelen buscarlas de segunda mano para ahorrarse unos euros. Sin embargo, las gangas suelen tener truco, de manera que hay que asegurarse antes de comprarla de que no es fruto de un robo.


Seguridad

Desde la asociación de ciclistas Mobi-liza, Fran García reconoce la tendencia al alza de estos robos. “La razón se debe a que cada vez más gente la utiliza como transporte porque es muy práctica en una ciudad, pero que aún no se tiene la conciencia de que la bicicleta, como cualquier otro vehículo, debe tener una seguridad, así que lo habitual es que esté mal candada o que los candados sean malos”.


Por supuesto, lo más seguro es guardar la bicicleta en casa, pero no siempre es posible adoptar esta precaución. “A veces no las puedes tener en el piso o cuesta subirlas en ascensores pequeños. Hay más posibilidades de guardarla en la calle, pero si lo haces, cándala”; aconseja García, que recomienda poner incluso tres candados. “Aumenta el peso –reconoce–, pero también la seguridad”. Por otro lado, aunque los robos son frecuentes, la denuncia correspondiente y la difusión en redes sociales suelen tener éxito para ayudar a localizarla.


Ambas partes

Alfredo Cobas, mecánico de bicicletas y motos en su taller de O Castrillón, señala que del robo se aprovechan ambas partes, unos comprando y otros vendiendo: “Hay que tener mucho cuidado. Yo las tengo grabadas para saber el número que tienen y si algún día me quieren vender una les tomo los datos del DNI, y tiene que ser así: si la gente tomara siempre el número del chasis se podría andar más tranquilo, como se anda por los Países Bajos”, comenta el mecánico.


De momento, los robos siguen a la orden del día, de manera que conviene tomar precauciones, como señala Cobas: “A mí me robaron de todo: bicicletas, motos y de todo. A veces los vecinos llaman por las bicicletas que están en la calle y la Policía Local viene y también se las lleva”.

Crece el número de bicicletas robadas en la calle y vendidas a través de internet o a traficantes de drogas

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