La ciudad reclama al rey un muelle para su puerto y aguardó 200 años

La ciudad reclama al rey un muelle para su puerto y aguardó 200 años
Imagen del muelle de Montoto en el año 1920

En el archivo municipal se puede encontrar una interesante misiva sobre el puerto, cuando todavía no existían instalaciones. El 21 de febrero de 1730, el Ayuntamiento da cuenta de que esta ciudad tiene un puerto limpio, seguro, capaz para el abrigo y seguridad de las Reales Escuadras Navales de su Majestad. Lo afea no tener muelle, donde en mareas bajas, puedan sus vecinos y comerciantes embarcar y desembarcar personas, frutos y géneros, padeciendo detrimento, lo mismo ha manifestado la Especiería. Sucede en los embarques de madera desde este puerto, se conducen de orden de SM, al Real astillero de la Graña, de mayor dispendia e incomodidad a los vasallos de vuestra majestad.

Tiene por precisa obligación, hacer presente a los Reales pies de Su Majestad (SM), que la fábrica de un muelle capaz, es muy necesaria cómoda y útil a SM, al comercio, a sus naturales cosecheros y pasajeros, pues en él podrán embarcar y desembarcar en cualquier tiempo sus frutos, sin que lo ardiente del estío los destruya, el peor alimento los vinos. Ni los comerciantes, expongan sus géneros a que el vigor de las aguas se los averíe. Esperando el crecimiento de las mareas y se persuada que la carencia del muelle referido es la principal causa de que el comercio de ella esté tan disminuido respecto su puerto, está en aptitud para tenerlo mayor que otros que tienen semejante obra.

Para que tal imperfección e inconveniente se remedie suplica a SM, se digne mandar que el Ingeniero Director y el ministro de Marina reconozcan la ribera y estado del puerto e informen del útil al servicio. La fábrica del muelle que esta ciudad propone para que SM, decida lo que conviene a su Real Servicio, utilidad a sus vasallos, conservación y aumento de este puerto, mande lo que sea, de su Real Agrado. Dios guarde la católica Real persona de SM, muchos años como desea tan cristiandad y sus fieles vasallos..... Juan Luis Jiménez, Ignacio Romay, Pedro Osorio y Aguiar, José Lorenzo de Castro y Castillo. Por acuerdo de la ciudad de La Coruña.....

Es la primera carta que se tiene noticia en que la ciudad de la Coruña reclama un muelle para su puerto. Desgraciadamente esto no sería posible hasta los primeros compases del siglo XX, aunque en la segunda mitad del siglo XIX se iniciaron las obras y La Coruña contó con un muelle de hierro el cual llegó a ser muy famoso y todo un símbolo de la ciudad, situado en lo que hoy es el terreno que ocupa el nuevo palacio de la Diputación Provincial en la Marina y en el que estuvo ubicado el antiguo Hotel Embajador.

La falta de un muelle en el propio puerto para dar más facilidad a las labores ordinarias de los navíos que llegaban a La Coruña condicionó en gran medida el desarrollo de la propia ciudad y este movimiento no se produciría hasta que se impulsó su construcción de una forma definitiva.



Hospital del Buen Suceso


Por otro lado, el 30 de junio del mismo año, en este ayuntamiento, el Alguacil mayor dio cuenta a la ciudad de haber recibido carta del secretario de su Ilustrísima. Arzobispo de Santiago, del día 26, sobre la fundación y cuentas del hospital del Buen Suceso en esta ciudad, para que se le diga si en la fundación tiene algún derecho a regalía la ciudad, hasta ahora le consta de los libros que se pidieron y entregó el hermano de dicho hospital nada puede opinar y pide noticia para que pueda hacer guardar a la ciudad su derecho y regalía, tomar las providencias que sean precisas. Se acordó que para todo lo anejo y dependiente del efecto. Sobre las fundaciones del hospital de Nuestra Señora del Buen Suceso, concurra José Lorenzo de Castro, en representación de esta ciudad y solicite en el referido hospital, sean admitidos los pobres enfermos y asistidos por la mayor caridad, sin que en lo sucesivo se experimente la gran falta que ha habido, a cuyo fin procure que en dicho hospital haya personas que con celo, administren y distribuyan sus rentas y limosnas, en beneficio de los pobres.

Que beneficien los fines para lo que establecieron; Andrés y Rodrigo González de Candame; Procurando al mismo tiempo hacer patente que el patronato del hospital es de esta ciudad. Se tomen las cuentas que restan por tomar hay muchos años y asista a ellas haciendo poner por cargo todos los ingresos que los hermanos han percibido por el servicio respecto de dicho hospital, como también de la distribución de los tres mil pesos que legó Pedro Jaspe y Ponte, haciendo todas las diligencias que conduzcan al mayor beneficio de los enfermos y derechos de esta ciudad, que para todo ello se le da. 

La ciudad reclama al rey un muelle para su puerto y aguardó 200 años

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