La tranquilidad que es la tónica habitual en A Coruña desde que se declaró la pandemia se interrumpió ayer cuando, en menos de doce horas, los Bomberos tuvieron que acudir a tres avisos de vecinos que alertaban de humo o fuego: uno en pleno centro de la ciudad, en el número diez de la plaza de Pontevedra. Poco después acudieron a una vivienda en Riego de Agua. El turno anterior, pasadas las once de la noche del miércoles, habían tenido que acudir a una panadería.
En aquella ocasión, cuando los servicios de emergencia llegaron se encontraron con que el establecimiento, situado en la calle Entrepeñas, paralela a la de Barcelona, estaba cerrado. Sin embargo, de una rejilla salía humo, lo que había alertado a los vecinos. Como nadie respondía a sus llamadas, los bomberos tuvieron que derribar la persiana y forzar la puerta.
Una vez en el interior, descubrieron que estaba lleno de humo, y que el foco del incendio se encontraba sobre el propio horno. Al parecer, había varias tablas de contrachapado dispuestas encima de él. Alguien había estado utilizándolo recientemente, así que el calor había ido consumiendo el material, aunque sin llegar a provocar llamas.
Llamadas de alarma
Más inquietud generó la intervención que llevaron a cabo en la plaza de Pontevedra, alrededor de las nueve y media de la mañana de ayer. Hasta tres dotaciones convergieron frente al número diez de la céntrica plaza, que a esa hora estaba llena, y la Policía Local tuvo que cortar un carril de circulación. Los Bomberos habían sido advertidos por las llamadas de varios vecinos de que existía un fuerte olor a humo y, en efecto, pudieron percibirlo, pero no llegaron a localizar el origen, aunque coincidían en que el olor provenía de la segunda planta. “Les olía a papel quemado y revisamos todo el edificio, hasta el cuarto de calderas, pero no encontramos nada”, aseguraron los bomberos. Se especula con que pudo derretirse algún objeto pegado a las tuberías de calefacción.
Donde sí se declaró un incendio como es debido fue en el número 28 de la calle de Riego de Agua, poco antes de las doce del mediodía. Una secadora sufrió un cortocircuito y ardió pero, cuando la residente huyó del piso, un vecino subió con un extintor y apagó las llamas. Los bomberos se limitaron a ventilar.