Aumentan las alegaciones a los presupuestos de entidades vecinales con respecto a 2020

Aumentan las alegaciones a los presupuestos de entidades vecinales con respecto a 2020
El concejal de Hacienda, José Manuel Lage, durante el pleno en el que aprobaron inicialmente las cuentas | pedro puig

Mañana miércoles se votarán finalmente los presupuestos municipales de este año, fruto del acuerdo alcanzando con la Marea Atlántica. Durante las dos últimas semanas, tras la aprobación inicial en pleno, se abrió el periodo de alegaciones, como manda el procedimiento.


Este año se presentaron 21 alegaciones, de las cuales se han rechazado casi todas, pero es llamativo constatar la gran cantidad de entidades vecinales que emplearon este procedimiento para hacer constar sus reivindicaciones para sus barrios: fueron siete, mientras que en los anteriores alegaciones, las de 2020 (los presupuestos se prorrogaron en 2021), habían sido tan solo tres.


La asociación de vecinos Ciudad Vieja, la de Oza-Gaiteira-Os Castros, la de la Segunda Fase de Elviña, la de Orzán-Pescadería, la de A Falperra, la de Juan Flórez Ensanche, la de Matogrande Novocentro, o la plataforma Mallos Unidos. Las alegaciones que presentaron fueron, en realidad, peticiones para pequeñas mejoras en sus barrios.


Seguridad

Alguno ya había presentado alegaciones a los presupuestos anteriores. Por ejemplo, desde la asociación del Orzán, su presidente, José Luis Méndez, había solicitado varias medidas de seguridad en 2020 para luchar contra el problema que genera el ocio nocturno en su barrio.


Este año solicitó que se incluyeran en los presupuestos de este año bolardos en calle del Socorro y calle del Sol, papeleras y que sancionen las cámaras en el último tramo de la calle Orzán, que es peatonal y “por la que están pasando coches todos los días”, badenes en la calle del Socorro, etc.


La asociación de A Falperra ya pedía en 2020 que se acometiesen actuaciones de mantenimiento para las escaleras mecánicas de la calle de Maestro Clavé, limpieza, renovación de aceras, y, por supuesto, el proyecto de reforma del mercado para que acoja el centro de salud del barrio.


De forma parecida actuó la asociación de Oza-A Gaiteira-Os Castros: aceras, pavimentación, señalización, escaleras mecánicas, actuaciones de limpieza.


El canal inadecuado

El caso es que cada vez más entidades vecinales deciden emplear las alegaciones presupuestarias como medio para hacer llegar sus peticiones al Ayuntamiento, tanto las asociaciones más antiguas como las nuevas, como la plataforma de Mallos Unidos.

Todas han dejado por escrito sus demandas en las alegaciones a las cuentas. Pero el problema es que, según responde el Ayuntamiento en su contestación, este no es el canal adecuado para hacerlo, pero existen otros.


En este sentido, en el escrito donde se desestiman aclaran que pueden presentarse alegaciones si no se ajustan a los trámites establecidos, por no incluir el dinero necesario para cada partida o por ser los ingresos insuficientes en relación con los gastos. “Las cuestiones relativas a la conveniencia de incluir determinadas cuantías no deben ser objeto de estimación”.


Participativos

Eso no quiere decir que la ciudadanía no pueda implicarse de forma directa en la elaboración de los presupuestos. Con ese fin, la Marea Atlántica instauró durante el pasado mandato los presupuestos participativos, donde se recogen las sugerencias del público en las que se invertirán 2,5 millones de euros este año de un presupuesto de más de 300.


Este año se destinarán a mejoras de parques infantiles, superficies deportivas o carriles bici, sobre todo. Sin embargo, hay que señalar que en esta ocasión, los plazos para presentar sugerencias se abreviaron.

Aumentan las alegaciones a los presupuestos de entidades vecinales con respecto a 2020

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