Familias de desaparecidos en la dana esperan "cerrar pronto el ciclo"
"Nadie merece estar en una cuneta o en el barro", reclaman los familiares de las tres personas que continúan desaparecidas un año después

"Somos tres familias unidas por la tragedia, fuertes y con esperanzas de cerrar pronto el ciclo". Así lo destaca Ernesto, tío de Elizabeth, una de las tres personas que todavía permanece desaparecida tras la catastrófica dana que tuvo lugar hace un año, el pasado 29 de octubre.
Elizabeth, junto con Javier y Francisco, desaparecieron durante la riada y, desde entonces, la Guardia Civil ha activado un dispositivo de búsqueda por tierra, mar y aire que, por el momento, no ha dado resultados positivos.
En concreto, Elizabeth fue sorprendida por la barrancada cuando circulaba en su vehículo junto a su madre cerca del Hotel La Carreta de Chiva; a Francisco, por su parte, se le perdió el rastro tras salvar a sus dos nietos después de ubicarlos en el techo del vehículo cuando les pilló la riada por Montserrat; y a José Javier, vecino de Pedralba, la dana arrastró cuando se encontraba junto a su hija en una vivienda, una joven con síndrome de Down cuyo cuerpo sin vida sí fue hallado.
Estas tres personas han sido declaradas como fallecidas legalmente por parte de los juzgados. Así, la cifra total de víctimas mortales contabilizadas por la dana asciende a día de hoy a 229, una cifra que puede elevarse aún a la espera de informes solicitados por la magistrada de Catarroja que instruye la causa judicial por la gestión de las inundaciones. A ello hay que sumar los centenares de miles de afectados y los cuantiosos daños materiales ocasionados con la tragedia.
"Hay gente que duda pero yo tengo todas las esperanzas puestas en que, al final, los vamos a encontrar", asegura Ernesto en una entrevista concedida a Europa Press, en la que ha repetido de forma tajante: "Tardarán más o tardarán menos, pero los medios se van a poner y están puestos para poder hallarlos". "No tengo ninguna duda de que van a encontrar a los tres y no dudo, ni dudamos, de la profesionalidad de la gente que los está buscando", ha resaltado.
Ernesto, quien afirma sentirse "fuerte", destaca que "nadie se merece estar en una cuneta o en un barranco". "Por su descanso y por el nuestro, el de los familiares, necesitamos encontrarles y cerrar el ciclo. Empezar un duelo y saber dónde llevarle flores o dónde llorar. De otra manera es imposible", ha lamentado.
Así, ha repetido: "Estamos fuertes y seguimos alzando la voz por los que ya no pueden hacerlo y por los que les segaron la voz aquél fatídico día. Seguimos y seguiremos luchando", ha dicho.
Unidos por la tragedia
Ernesto ha explicado que las tres familias de los tres desaparecidos están "unidas por la tragedia" y son "una piña". "Hemos hecho piña. Avanzamos juntos y de la mano. Nos apoyamos y ayudamos", ha resaltado.
El tío de Elizabeth ha añadido que siguen en contacto con la Guardia Civil que busca a sus familiares: "Mantenemos el contacto. Nos van llamando y diciendo lo que están intentando o la búsqueda que van llevando. Ahora mismo es una labor de arqueología porque están buscando pelos y huesos", ha dicho.
"Para los agentes --ha continuado-- es un reto y se ha convertido ya en algo personal. Están convencidos de que tienen que sacarlo y encontrarlos, por nosotros y por ellos, por amor propio. Sé que pueden tardar un mes o un año pero esto se acabará y los encontrarán", se ha mostrado esperanzado.
Por su parte, Saray, hija de Francisco --que puso a salvo a sus dos nietos de 5 y 10 años ese día al subirlos al techo del coche--, ha manifestado, en declaraciones a Europa Press, que sigue confiando en que "en algún momento de alguna vida" su padre aparezca.
"Es todo muy duro --ha añadido-- porque no llevamos ni un año desde que pasó todo y hay muchas dudas, incógnitas y preocupaciones. El caso está avanzando y se está investigando pero va todo muy lento y cada vez se van destapando más cosas".
A esta "lentitud" en la justicia, se suma el hecho de que no aparezca su padre y no puedan descansar en paz: "Necesitamos encontrarle y poder ir a un sitio al que llorarle", ha reclamado. "Sé que la Guardia Civil no va a parar en su tarea pero el tiempo va pasando y cada vez es más difícil", ha lamentado. "No vemos la luz todavía, no podemos descansar del todo", ha sentenciado.
Lo cierto es que desde que Elizabeth, Javier y Francisco desaparecieran, la Guardia Civil no ha dejado de buscarlos porque, tal y como han señalado varios agentes a lo largo de estos meses, "la esperanza es lo último que se pierde". "La búsqueda continúa y no se parará de buscar", ha remarcado este cuerpo de seguridad en declaraciones a Europa Press.
Desde el Instituto Armado han confirmado que las búsquedas se han encargado actualmente a los distintos jefes de Compañía --Paiporta, Llíria y Sueca-- en los cuales existen indicios para pensar que podría encontrarse alguna de las tres personas desaparecidas.
Así, estas Compañías organizan búsquedas tratando de cubrir lugares que hasta ahora no se han podido comprobar por otros medios. Además, se busca integrar el conocimiento específico del terreno que tienen las Unidades Territoriales de la Guardia Civil.
Las Compañías informan regularmente a la Comandancia para que se lleve un registro de los lugares donde se ha buscado y cualquier tipo de incidencia. Además, de forma puntual se solicita, cuando es necesario, el apoyo de las especialidades de la Guardia Civil como el GEAS o el Grupo de Montaña para cometidos específicos. La Guardia Civil seguirá buscando hasta que aparezcan los cuerpos y las familias puedan descansar.
Un estudio revela que los primeros desbordamientos en Paiporta en la dana fueron por barrancos de l'Horteta y el Gallego
Los primeros desbordamientos observados en Paiporta (Valencia) durante la dana del pasado 29 de octubre no se debieron directamente a la rambla del Poyo, como se pensaba inicialmente, sino a las aportaciones procedentes de los barrancos de l'Horteta y el Gallego.
Así lo revela un estudio desarrollado en el Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA-UPV) bajo la dirección de los investigadores del Grupo de Investigación de Modelación Hidrológica y Ambiental (GIMHA), Félix Francés y Carles Beneyto, según ha informado la Universitat Politècnica de València (UPV) en un comunicado.
El estudio, que forma parte del Trabajo Fin de Máster de Jaime Alberto Cachay Melly, aplicó el modelo hidrológico distribuido TETIS --desarrollado también por el IIAMA UPV-- para analizar el comportamiento de las cuencas de l'Horta Sud (rambla del Poyo, Pozalet y Picassent) ante episodios de lluvias torrenciales, con información de puntos estratégicos como los cruces de la autopista A-7 con los principales barrancos.
Francés ha señalado que, "en términos hidrológicos, se identificaron diferencias significativas entre las ramblas por el tamaño de las cuencas y su relieve, factores que condicionan la concentración y magnitud de los caudales".
"Además, la distribución espacio-temporal de la precipitación tuvo un papel determinante en la respuesta hidrológica de cada cuenca, siendo el barranco de Picassent el primero en entrar en la zona inundable en l'Horta Sud la tarde del 29 de octubre", ha afirmado.
Gracias al modelo hidrológico distribuido TETIS fue posible reconstruir el hidrograma de la dana incluso en la rambla del Poyo, cuya estación de aforo dejó de funcionar durante la barrancada.
Con una resolución temporal de diez minutos, el modelo permitió reproducir la evolución del caudal y generar estimaciones en distintos puntos de los cauces, lo que ofrece una visión detallada del comportamiento hidrológico de toda la zona.
Además, se validaron los resultados mediante testimonios ciudadanos recogidos por el servicio de emergencias 112, que informaron sobre el estado de los barrancos y los momentos de desborde. Esta combinación de información fue "clave" para identificar la secuencia y las causas de los desbordamientos en el área metropolitana del sur de València.
El estudio confirma que las cuencas de l'Horta Sud presentan una respuesta "extremadamente rápida" ante episodios de precipitación intensa debido a su relieve, suelos poco permeables y reducido tamaño.
Este comportamiento, caracterizado por un aumento súbito de caudal en pocos minutos --el denominado 'efecto pared'--, las convierte en sistemas "altamente sensibles" a las danas y lluvias torrenciales de otoño, propias del clima mediterráneo.
"Aunque muchos cauces permanecen secos la mayor parte del año, en menos de una hora pueden alcanzar caudales capaces de provocar desbordamientos significativos. Esto subraya la importancia de actuar con anticipación y reforzar los sistemas de alerta", ha indicado Cachay Melly.
El estudio señala que esta dinámica, unida a la concentración urbana e infraestructural del entorno, "refuerza la necesidad de sistemas de alerta temprana y de una gestión preventiva del riesgo, especialmente en municipios como Paiporta, Picassent o Catarroja".
"Los resultados aportan una base técnica sólida para el diseño de sistemas de alerta temprana, la gestión del territorio y la planificación de medidas de emergencia en episodios de lluvias extremas", ha concluido Beneyto.


