Lecornu trabaja en armar un nuevo Gobierno bajo amenazas de censura
Busca equipo ministerial antes del lunes bajo el fuego cruzado de la oposición y sus aliados

Sébastien Lecornu no ha tenido un momento de tregua en las primeras horas de su segundo mandato como primer ministro de Francia.
Mientras busca un equipo ministerial antes de mañana, la oposición ya amenaza con tumbarlo en una moción y varios de sus aliados se alejan de él. ‘Sébastien Lecornu II’, como la prensa francesa ha denominado el nombramiento del joven político de 39 años por parte del presidente Emmanuel Macron solo unos días más tarde de haber dimitido, ultima su complicado casting para presentar cuanto antes un gabinete.
El jefe de Gobierno no dio pistas sobre su equipo ministerial, que, en teoría, debería de estar listo este lunes con la meta de cumplir con el calendario de presentación de los Presupuestos de 2026. Así, el antiguo ministro de Defensa debería anunciar a su equipo en las próximas horas y celebrar, teóricamente, un Consejo de Ministros.
Sin embargo, este plazo puede que no se cumpla debido a que Macron, quien debe de presidir este tipo de reuniones, viajará a Egipto para apoyar el principio de acuerdo entre Israel y Hamás auspiciado por Estados Unidos. Un adelanto del Consejo de Ministros para este fin de semana o una celebración el lunes temprano se barajan como dos posibles opciones para salir del bloqueo de un país que ya ha visto su crecimiento económico amputado por las sucesivas crisis gubernamentales desde mediados de 2024, cuando Macron convocó legislativas anticipadas ante la estupefacción general.
En sus primeras horas como jefe de gobierno reelegido, Lecornu se desplazó a una comisaría policial de L’Haÿ-les-Roses, situada a las afueras de París, para dar acento a su compromiso contra “la inseguridad y la criminalidad” que, según las encuestas, tanto preocupan en este momento a los franceses. En respuesta a los periodistas, el primer ministro se mostró abierto a revisar la reforma de las pensiones de 2023, que retrasa la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64 años y cuya suspensión es una exigencia del Partido Socialista (PS).
Esta formación es esencial para que Lecornu no sea tumbado a las primeras de cambio por la Asamblea Nacional, como sucedió con Michel Barnier (diciembre de 2024) y François Bayrou (septiembre de 2025). “Tendremos la ocasión de volver sobre ese tema (la reforma de las pensiones). Todos los debates son posibles, mientras se hagan en un contexto real, teniendo en cuenta las cuestiones presupuestarias”, matizó Lecornu.
Socialistas
El PS exigió una suspensión “inmediata y completa” de la reforma para no apoyar una moción que sí respalda el resto de la izquierda, encabezada por los contestatarios de La Francia Insumisa (LFI), y la ultraderecha de Marine Le Pen, ambos partidos listos para tumbar a Lecornu cuanto antes.
Esta reforma que fue defendida por el propio Macron con uñas y dientes como esencial para sanear las cuentas públicas francesas se ha convertido en un punto de tensión entre los aliados conservadores y centristas del Gobierno.
Los Republicanos (LR) y el partido Horizontes del exprimer ministro Édouard Philippe advirtieron que el apoyo al Ejecutivo estará condicionado a que se mantenga la reforma que el PS quiere enterrar.
Conservadores
Entre la espada y la pared, Sèbastien Lecornu ya sabe además que no podrá contar con algunos pesos pesados de los últimos gobiernos, como el del hasta ahora ministro del Interior y líder del LR, Bruno Retailleau, un popular político con ambiciones presidenciales para 2027 que considera que esta “es una forma de que el presidente francés, Emmanuel Macron, “siga controlando” la acción gubernamental.
Este partido fundado por Nicolas Sarkozy está además dividido en la estrategia a seguir respecto al Ejecutivo ‘Lecornu II’ debido al cisma entre Retailleau, y el líder parlamentario del LR, Laurent Wauquiez, quien sí mostró, a priori, su apoyo a Lecornu debido a la situación de urgencia a la que se enfrenta Francia.
Incluso en el propio partido fundado por Macron, Renacimiento, las tensiones son evidentes, ya que su líder, Gabriel Attal (antiguo primer ministro de Enmanuel Macron), y la presidenta de la Asamblea Nacional francesa, Yaël Braun-Pivet, dejaron lacónicos y fríos mensajes a la nominación de Sebastièn Lecornu, lo que deja entrever un patente malestar con el presidente francés por el nombramiento del joven político solo unos días más tarde de haber dimitido.
