
'La cena' es una comedia antibelicista de Manuel Gómez Pereira sobre un banquete para Franco preparado por prisioneros republicanos en el Hotel Palace, una película donde Mario Casas y Alberto San Juan se han "entendido muy bien", han contado los actores, en el papel de una extraña pareja que anhela un futuro mejor.
"No nos conocíamos ni siquiera personalmente, pero hubo buen entendimiento", ha explicado San Juan ('El otro lado de la cama', 'Días de fútbol'), que interpreta a un meticuloso y elegante maître del mejor hotel de Madrid, entonces convertido en un hospital de sangre.
Por su parte, Casas ('No matarás', 'Muy lejos') da vida a un teniente franquista que debe dirigir la preparación del banquete para celebrar la victoria en tiempo récord. Añade que quizá la única distancia entre ellos era generacional (él tiene 39 años, San Juan 56), pero trabajaron "desde un lugar, bastante parecido, de ver lo que iba a hacer el otro".
Además, los dos confiesan que se sienten más cómodos en la comedia que en el drama -"me juzgo menos, me da más libertad", señala Casas- aunque como remarca San Juan ambos géneros a menudo se entremezclan. "Salvo en comedias muy blancas, la mayoría de los personajes de comedia están viviendo situaciones difíciles que resultan graciosas desde fuera".
Desde luego es el caso de esta comedia coral basada en la obra de teatro de José Luis Alonso de Santos 'La cena de los generales' en la que también actúan Asier Etxeandía ('Dolor y gloria', 'La novia') y Elvira Mínguez ('Tapas', 'Pudor').
"La película trata desde el primer momento lo humano, en un contexto que es de vida o muerte: el titular es que Franco viene con sus generales a cenar, y tú sí o sí lo tienes que conseguir. Los personajes sufren todo el rato, surge la carcajada y empatizas como espectador", asegura Casas.
La cinta tiene también una vocación humanista. Para Alberto San Juan "hay una mirada con voluntad de comprender que incluso Franco era un ser humano. Eso no significa justificar o compartir, la película es clara en defensa de la democracia y el pacifismo, no es en absoluto equidistante, pero tiene una mirada comprensiva hacia los personajes".
Asier Etxeandía: la rabia y el asco
Quizá el personaje más extremo es el que interpreta Etxeandía, un peligroso falangista con un punto psicópata que en realidad desprecia a Franco, aunque le sirve y obedece, y desde luego no tiene ningún respeto por los vencidos.
"Mi personaje está basado en la rabia y el asco", remarca el actor bilbaíno, que subraya que "hay momentos en los que estás en la risa y de repente pasan cosas que lo congelan todo".
"Que tenga un toc con la limpieza, el rigor, el orden, es demencial y va perfecto con su posición política, la falange, la versión mas violenta de todas, para ellos Franco era un mindundi", recuerda.
En el caso de Elvira Mínguez, que se pone en la piel de una cocinera presa por sus ideales a la que repentinamente reclutan para la surrealista cena de los generales, para trabajar en comedia "hay que dejarse llevar por el director, porque tiene un musculo especial, y un tempo que Manolo (Gómez Pereira) trabaja muy bien".
Una historia "necesaria"
Este cineasta, que tiene en su filmografía obras tan divertidas y premiadas como 'Boca a boca', 'Entre las piernas' y 'Todos los hombres sois iguales', asegura que cuando vio la obra de teatro en 2008 le pareció interesante para llevarla al cine, pero los años que ha tardado en materializarlo han provocado que se estrene en un momento de "peligro y polarización".
"Estas historias son necesarias para no perder la consciencia de una realidad muy tremenda, y me parece importante contarla a través del humor", dice el director, que cita precedentes como 'Ser o no ser', de Ernst Lubitsch, 'Malditos bastardos', de Quentin Tarantino o 'el gran dictador' de Charles Chaplin.