Una de las cafeterías más especiales de A Coruña se reinventa con una boda y una fiesta para Inditex
Una petición nostálgica ha tocado el 'corazoncito' de la propiedad, que ha accedido a la realización del evento

En los tiempos en los que cada vez es más difícil distinguir unas ciudades de otras, al menos a través de sus comercios y locales de hostelería, establecimientos como el Manhattan ayudan a mantener el acento coruñés frente a los embistes de las grandes marcas globales. Se trata de una rara avis incluso entre sus semejantes, pues hace tiempo que su particular uniforme había dejado a la cafetería de la plaza de Pontevedra como estandarte de una manera de entender la relación entre el cliente y el trabajador. Y es precisamente esa singularidad la que lo mantiene como objeto de deseo y lugar de culto para algunos, que lo han elegido como el espacio idóneo para convertir su celebración en algo inolvidable.
Por un lado, Inditex ha vuelto a fijarse en el Manhattan. Lo que ahora se conoce como outfit de los camareros ya fue objeto de una sesión de fotos hace unos años, aunque ahora serán los empleados del gigante del Sabón los que se mimeticen con el ambiente para una de las celebraciones típicas de estas fechas. “Están enamorados. Les gusta el sitio y la cafetería, porque llega el final del año y siempre nos eligen para sus pequeños eventos”, reconoce Antonio Taibo, propietario de la cafetería.
Sin embargo, si bien las celebraciones de la empresa fundada por Amancio Ortega son algo así como los momentos especiales en la agenda anual, lo que se viene en las próximas fechas es, si cabe, más singular todavía: una boda por nostalgia. Así podría definirse la petición “muy especial” que ha hecho una persona para que el Manhattan acoja el banquete de su enlace. “Es el deseo de una señora que quiere recordar a su abuelo”, indican desde la propiedad, que ya ha ofrecido incluso la prueba de menú. “Tuvimos que hacer un esfuerzo importante, porque nos tocó el corazoncito”, añaden.
La cafetería de la plaza de Pontevedra también se ha especializado en realizar comidas especiales para grupos o despedidas, ya que el problema no es el espacio, sino cómo convertirlo en una gran cocina para un banquete. “El salón es lo de menos, porque espacio hay de sobra, el problema es la cocina”, reconoce Antonio Taibo, quien espera que, en este caso concreto, no cunda el ejemplo.
Idea inalterable
La celebración de la cena de Inditex, así como del banquete de bodas, no varía ni un ápice la línea de trabajo de la propiedad del Manhattan. “El modelo de negocio siempre ha sido lo que es ahora, y yo no he querido cambiar nada”, dice Antonio Taibo.
“Soy la segunda generación e implicaría un vuelco importante, que no creo que muchos clientes aceptasen; se podrían hacer cosas muy interesantes, pero es más bien un tema moral”, agrega sobre las posibilidades de negocio que ofrece uno de los locales de hostelería más singulares y diferenciales de la ciudad.


