
Desde el 9 de noviembre de 1812 el cementerio de San Amaro de A Coruña no solo ha significado el descanso eterno junto al mar para las miles de personas allí enterradas, sino que el camposanto se ha convertido en el testimonio y ejemplo del paso del tiempo en la ciudad y del devenir de su historia.
Desde las importantes personalidades que reposan con vistas al Atlántico a impresionantes muestras arquitectónicas y patrimoniales, pasando por sus historias, estas son 25 de las curiosidades que esconden los muros del camposanto de San Amaro.
1. Las joyas arquitectónicas

Entre el patrimonio mortuorio que esconde San Amaro hay verdaderas joyas arquitectónicas como el mausoleo helenístico de la familia López Rego, que cuenta con dos antorchas encendidas con llamas inclinadas hacia el mar.
El camposanto también cuenta con obeliscos egipcios como el del panteón de Ramón López-Chaves o el de José R. Martínez.
El templo jónico de José Mariano González es uno de los más vistosos del cementerio y del mismo estilo, convirtiéndose en eje de la avenida principal, se sitúa el panteón de Fernando Gómez Valerio, obra de Faustino Domínguez en 1896.
Mientras que el modernismo se puede ver en panteones como es de la familia Tenreiro, en el panteón de Andrés Salleres se puede disfrutar de un ángel con estrella en la frente arrojando las flores que contiene en un manto tradicional gallego de azabache y el neoclasicismo impregna la capilla o la entrada principal, con su lema "El término del cuerpo es el que veis. El del alma será según obréis".
2. Los enterramientos más antiguos

El enterramiento más antiguo y fácilmente legible del camposanto de San Amaro es el del mozo José Leandro Vendrell Pedralbes y Fernández, a quien sus "padres huérfanos lloran desde el 29 de febrero de 1824".
En la zona están los nichos más antiguos, entre los que se pueden ver un grupo original de granito a modo de cuadros, una decoración con una paloma, a modo de camafeo clásico, e incluso se puede intuir (cuando hay buena luz) fechas de enterramiento como 1822 o 1817.
3. Las víctimas del cólera enterradas en vertical

Una zona del cementerio de San Amaro está dedicada a una fosa común en la que fueron enterradas en posición vertical y bañadas en cal numerosas víctimas de la epidemia del cólera de 1854.
Según contó en un artículo Juan Naya, que fue cronista municipal, para respetar la memoria de todos ellos no se permitió enterrar desde entonces a más de 1,5 metros de profundidad en este espacio, que debido a esta circunstancia quedó reservado para niños.
4. El cementerio británico

Pegado al cementerio civil de San Amaro, pero con entrada independiente, está el cementerio británico, un terreno comprado en 1867 por el cónsul en Galicia, Guillermo Congreve Cutliffe Brackerburry, el que fue, curiosamente, su primer enterramiento. Hasta los años 70 eran habitual su uso, pero en 1982 llegó su último morador, que se unió a los centenares de cónsules, marineros y ciudadanos, no solo británicos, sino también franceses, alemanes y suizos.
En la actualidad está cerrado al público y su acceso está restringido a la embajada.
5. Las familias

Los siglos de historia que tiene a sus espaldas San Amaro hacen que en el camposanto se reúnan numerosas familias enterradas en los mismos nichos, panteones o zonas. También de importantes personalidades. Una de las familias que están en el camposanto son los Murguía. Está el historiador y político Manuel Murguía, junto a sus hijos Ovidio, Amara, Aura, Alejandra y Gala. Curiosamente, su mujer, la escritora universal Rosalía de Castro, no está con ellos, pues como se sabe yace en el Panteón de los Gallegos Iustres.
También están las tumbas de los O'Donnell, una familia de la nobleza irlandesa que se consideraba descendiente directa de Breogán.
En el centro de uno de los pasillos laterales se puede encontrar el nicho en el que reposan los restos mortales del escritor y periodista Julio Rodríguez Yordi y de su mujer, también periodista, Luisa Durán Marquina, hija de Antonio Durán Loriga, que también está en el camposanto herculino.
La pedagoga María Barbeito, introductora en Galicia del método Montessori, está enterrada junto a su hijo, el polifacético intelectual Carlos Martínez Barbeito.
La pareja formada por Amparo López Jean, activista feminista durante la República, y César Alvajar Diéguez, presidente del Casino Republicano de A Coruña, permanecen juntos en San Amaro, al igual que el catedrático de Física y Química Acisclo Campano y su viuda.
Sin embargo, una de las historias más curiosas que esconden los nichos es la de Juana de Vega y su esposo. La que fue una de las heroínas de la ciudad durante la epidemia de cólera de 1854, y tutora de la reina Isabel II, está enterrada junto al corazón de su esposo, el general Espoz y Mina, por expreso deseo, reflejado en su testamento, de la mujer. El resto del cadáver del militar está en Pamplona.
6. Los alcaldes de A Coruña

Entre las personalidades enterradas en San Amaro destacan las tumbas de alcaldes de la ciudad en diversas épocas: el de la primera república Federico Tapia; Alfonso Molina, que protagonizó en 1958 uno de los entierros más multitudinarios que se recuerdan en el camposanto; Pérez Ardá, el regidor que en 1939 pidió la expropiación de todo el término municipal coruñés para evitar la especulación; Peñamaría de Llano, que popularizó el lema "La Coruña, ciudad en la que nadie es forastero"; o José Marchesi y Dalmau, que estaba al frente del Gobierno local cuando llegó la luz eléctrica a A Coruña.
Además, curiosamente, está en San Amaro Ánxel Casal, coruñés pero uno de los alcaldes más importantes en la historia de Santiago de Compostela.
7. Coruñeses en la política estatal

La trayectoria de algunos de los más importantes políticos de la historia de la provincia les llevó a liderar instituciones a nivel estatal. Dos de estas figuras, el santiagués Aureliano Linares Rivas -ministro de Gracia y Justicia con Alfonso XII y de Fomento en la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena- y el ferrolano Benito Pla y Cancela -presidente del Congreso de los Diputados y consejero de Estado en el siglo XIX-, son dos de los que reposan en San Amaro.
8. El mundo de la banca y las finanzas

Entre las personalidades vinculadas al mundo bancario que están enterradas en el camposanto herculino destaca el panteón de Dionisio Tejero, empresario que fundó el Banco de A Coruña. Además, está el lugar de enterramiento de Pedro Barrié de la Maza, conde de Fenosa, así como de su segunda esposa, Carmela Arias y Díaz de Rábago, primera mujer que presidió una entidad bancaria en España.
También se encuentran los restos mortales de Ricardo Rodríguez Pastor, presidente del Banco Pastor y quien en 1921 encargó la construcción de la sede de la entidad financiera en los Cantones, que en su momento fue el edificio más alto de toda España, o del poderoso banquero decimonónico Narciso Obanza.
9. Los artistas

Son decenas los artistas de distinta índole que reposan en San Amaro, como es el caso del escritor de 'La casa de la Troya' Alejandro Pérez Lugín -y Eumedre, actor en la versión cinematográfica-, el cantante Pucho Boedo, el músico y compositor del siglo XIX Marcial del Adalid, el autor de 'El bosque animado', Wenceslao Fernández Flórez, el gran paisajista Francisco Lloréns y el pintor y escritor Luis Seoane -cuyas tumbas son contiguas-, o el pintor Francisco Miguel, represaliado de la Guerra Civil y cuyas cenizas fueron enterradas en San Amaro el pasado septiembre. Como curiosidad, la de Lugín es la única escultura yacente de San Amaro.
10. Personas relacionadas con Picasso

El paso de Pablo Picasso por A Coruña no solo ha quedado plasmada en sus cuadros, sino también en las personas que se cruzaron en su vida. Una de ellas es Conchita, hermana del pintor, fallecida en la ciudad el 10 de enero de 1895, un momento considerado crucial en su biografía artística. El cuerpo de la pequeña fue enterrado en un ataúd bañado en cal en San Amaro, en la zona infantil, pero ya hace décadas que se exhumó, pues en ese punto hay mucha rotación. Los que sí cuentan con un nicho identificado son el pintor Gumersindo Pardo Reguera, inspirador del joven Picasso coruñés; Román Navarro, militar y maestro del artista en su etapa en la ciudad; Isidoro Brocos, escultor de Eusebio da Guarda y también maestro de Picasso, el doctor Pérez Costales, uno de sus mecenas. En este último caso, el nicho en el que estaba se vendió pero sus restos quedaron ahí.
11. El niño Juanito y Francisco Alcaraz, héroes ciudadanos

En el tercer departamento está la sepultura del niño Juanito Darriba, el primer héroe de la bahía del Orzán. El pequeño murió en agosto de 1896 al intentar salvar a una mujer en la playa. Los nervios de la mujer hundieron al pequeño de once años y, aunque un hombre consiguió sacarlos del agua, el niño ya estaba muerto. El Ayuntamiento de A Coruña le concedió el enterramiento de San Amaro a perpetuidad como muestra de agradecimiento por su acción heroica.
Muy poco después, en 1897, otro héroe falleció en el Orzán intento salvar la vida de tres mujeres en la playa. Fue Francisco Alcaraz, obrero que trabajaba en el instituto Eusebio da Guarda. Dos de las rescatadas lograron sobrevivir, la tercera, junto a Alcaraz, murió en el mar.
12. Mártires y víctimas de la guerra

El cementerio de San Amaro acoge numerosos ejemplos de mártires y víctimas de los acontecimientos políticos y militares de la historia de A Coruña. Así, están Xosé Gómez Gayoso y Antonio Seoane Sánchez, miembros del Partido Comunista ejecutados por garrote vil en la cárcel coruñesa: Ramón Maseda, fundador del PSOE coruñés fusilado en el inicio de la Guerra Civil; el sacerdote de As Encrobas Moncho Valcarce Vega, comunista y defensor de los campesinos; el gobernador civil Francisco Pérez Carballo, fusilado en 1936 con solo 26 años; el empresario Claudio San Martín, fundador del grupo de alimentación, asesinado por los Grapo; los tres hermanos Montel Touzet, caídos en el bando franquista durante la Guerra Civil; Luis Moyano, 'héroe del Alcázar' caído también la guerra; el arteixán Santiago de Cristos Astray, considerado héroe de la guerra de Sidi Ifni; un "monumento a la memoria de los muertos en defensa de la libertad" o una columna tronzada levantada por suscripción para recordad a los protagonistas de la huelga general de 1901.
13. Soldados del III Reich y musulmanes

El cementerio de San Amaro fue el primer lugar de enterramiento de los aviadores alemanes abatidos en la zona durante la Segunda Guerra Mundial, así como los soldados del III Reich que murieron en el hundimiento de un submarino en Estaca de Bares en noviembre de 1943. Actualmente, los restos mortales de estos militares se encuentran en el monasterio extremeño de Yuste.
No solo estos soldados extranjeros están en la ciudad, sino que también hay un espacio para los "ciudadanos árabes" aliados de Franco durante la Guerra Civil.
14. 'Pais da lingua galega'

El cementerio de San Amaro es el lugar del reposo eterno de algunas de las personalidades que más impulsaron la lengua gallega en los últimos siglos. Así, está Antón Vilar Ponte, fundador de las Irmandades da Fala; la escritora Francisca Herrera, primera académica de la Real Academia Galega; el alcalde y presidente de la RAG y del Circo de Artesanos Manuel Casás; el primer afiliado del Partido Galeguista y presidente de la Academia, Manuel Lugrís Freire; el historiador José Pérez Ballesteros, fundador de la RAG y autor del 'Cancioneiro popular galego'; el poeta Eduardo Pondal, autor de la letra del himno gallego, y el escritor Curros Enríquez, padre del movimiento del Rexurdimento.
15. Víctimas del accidente de avión de Montrove

Desde 2014 San Amaro cuenta con un monumento que recuerda a las 85 víctimas fallecidas en el accidente aéreo de Montrove del 13 de agosto de 1973. El terrible incidente terminó con la vida de todos los ocupantes del Aviaco, cuyos restos mortales fueron enterrados en una fosa común. Ahora, con el monumento situado en el sector cuatro, familiares y amigos ya pueden velar, con nombres y apellidos, a sus seres queridos.
16. La proa de un teniente de navío

En el nicho de José Llopiz Ferrer aparece tallada en el mármol la proa o rostrum de la embarcación de este teniente de navío.
17. Un nicho con guadaña

Uno de los espacios decimonónicos de San Amaro esconde en su arquitectura una curiosa representación con dos guadañas, una corona de laurel y un triángulo del ojo de la providencia, típicamente masónico.
18. El banastero de Riazor

En el nicho 201 se puede ver la inscripción asociada al "banastero de Riazor", un hombre que se dedicaba al oficio de hacer estos grandes cestos conocidos como banastas.
19. Una misteriosa inscripción

"Un día de abril". Es la enigmática inscripción que se puede leer en una de las tumbas del cementerio de San Amaro, quizá referida a la proclamación de la II República, una fecha que fue durante mucho tiempo un tabú.
20. Una cuarteta de 1869

San Amaro guarda en un nicho propiedad de Manuel García-Fuertes y García una curiosa cuarteta de 1869 inspirada en la que Garcilaso dedicó a Isabel Freire.
"Yacen aquí los restos queridos
De mis padres, esposa é hijas amadas,
Santas prendas por mi, triste, lloradas
Espíritus que Dios mire escojidos"
21. La historia del teniente Morales

Uno de los nichos de San Amaro guarda una dramática historia. El joven teniente Morales se suicidó una vez que creyó que había asesinado en Riazor a su novia, la escritora Juana Teresa Juega. El militar no quería que esta fuese escritora por celos hacia su profesor y un artículo periodístico firmado por ella desató su locura: la mató a tiros (tres en concreto) en plena playa de Riazor. Afortunadamente, la artista sobrevivió.
22. El escudo de los Arbuthnot

El noble escocés James Arbuthnot está enterrado en San Amaro después de que tras llegar a A Coruña con las tropas de Sir John Moore, decidiese quedarse en la ciudad después de la Batalla de Elviña. En su nicho, gravado en el mármol, figura el escudo familiar de los Arbuthnot.
23. El búho de Babé y Gely

El nicho del magnate coruñés Ramón Babé y Gely tiene grabado un peculiar búho, un ave símbolo de sabiduría y relacionado también con la protección en el más allá.
24. La cruz celta y el dolmen

El cementerio de San Amaro guarda también espacio para la unión con el mundo celta. Una preciosa cruz de arquitectura celta, así como el dolmen del Regueifeiro Pena, fallecido en 1958, dan el toque más 'enxebre'.
25. La campana

En la esquina de las escaleras que dan acceso al segundo departamento de San Amaro se encuentra la campanilla del cementerio, que data de 1896. Todavía la usan los trabajadores del camposanto para avisar a los visitantes de su cierre. Xoel López la nombra en su canción 'San Amaro', dedicado al más que centenario camposanto coruñés.

