Las mascotas también tienen un lugar donde recordarlos en A Coruña
El cementerio de animales también recibe visitas en estas fechas especiales

Dicen que hay un día del año en el que las mascotas vuelven para acompañar a sus familias. No es el 1 de noviembre, sino el 27 de octubre, pero también ellos tienen su espacio en estas fechas especiales. Y en A Coruña existe un lugar único en Galicia donde poder ir a visitarlos. Se llama el Parque del Recuerdo y está ubicado en La Vida es Huella, un crematorio en Culleredo especializado en inmortalizar su memoria y que también recibe visitas en esta época del año.
No se trata de un cementerio al uso. No hay un espacio al aire libre donde se entierra a las mascotas, pero sí tiene nichos que se pueden alquilar y está pensado para aquellas familias que no quieren tener las cenizas en casa. “Les ofrecemos la posibilidad de dejarlas aquí hasta que estén preparados para el destino final que les vayan a dar”, explica la gerente de La Vida es Huella, Patricia Montejo.
Allí acuden las familias con frecuencia a visitarlos, también en estas fechas de recuerdo de seres queridos. “Ellos son parte de la familia, nos acompañan en nuestro día a día y también se les recuerda estos días. Y aunque es una tradición que no es de nuestra cultura, los clientes también nos han mandado fotos de los altares que les habían preparado para el Día de Muertos de las Mascotas”, cuenta Montejo.
Recuerdos tangibles
Pese a contar con este espacio inédito en Galicia, la mayoría de las personas optan por crear “otro tipo de recuerdos”. “Las huellas de patitas son los que más se piden. Las hacemos de diferentes formas: con arcilla, en relieve, en tinta...”, explica la gerente.
Pero lo más original y novedoso son las joyas con cenizas o pelo de los animales. De hecho, hay tan pocos centros que los hacen que hasta le llegan encargos de otras partes de España.
Lo especial de este tipo de recuerdos “tangibles” es que los puedes llevar “constantemente contigo” o guardarlos para momentos especiales, como el Día de Muertos de las mascotas o el de Todos los Santos.
La decisión es totalmente personal, ya que tal y como recuerda Montejo, “somos seres humanos y todos tenemos necesidades diferentes”. Pero cada vez son más las personas que quieren velar a sus peludos en espacios como este. Ejemplo de ello es que desde que nació La Vida es Huella en 2016, se han duplicado las salas del último adiós , se ha triplicado el personal y han tenido que añadir otro horno crematorio.
“Intentamos hacer las cosas como nos gustaría que se hiciese si nosotros pasáramos por esa situación. Es un momento complicado para cada familia y hay mucha gente que incluso se sorprende con la intensidad del dolor que les ha provocado el fallecimiento de su mascota”, reconoce Montejo. Espacios como este ayudan en el proceso, aunque “los recuerdos más importantes se llevan en e corazón”.


