Los casos de sarna se disparan en A Coruña entre los menores de 25 años: "Son más complicados"
Los colegios o residencias, donde el contagio “puede ser masivo”, se han convertido en zonas habituales de brotes

Aunque mucha gente todavía se sorprenda de que exista la sarna, la realidad es que “nunca” ha dejado de hacerlo. Y desde la pandemia, los casos se han disparado en el área sanitaria, especialmente entre los jóvenes menores de 25 años, según explica el jefe de Dermatología del Chuac, Jesús del Pozo. El porqué todavía no lo saben, pero algunos expertos lo han relacionado con la resistencia a los antibióticos. Si bien Del Pozo pide prudencia, ya que todavía no está demostrado, sí incide en que los casos de los jóvenes son los “más complicados”.
“El problema de la sarna es que el bicho, que se llama Sarcoptes, lo puedes matar con pastillas, pero no sus huevos. Los pone la hembra y lo hace siempre de noche, por eso el picor nocturno es predominante. El tratamiento sólo mata los bichos vivos”, explica el dermatólogo.
Del Pozo define el Sarcoptes scabiei como un “bicho peculiar” y reconoce que es “difícil hacer un tratamiento correcto”. La complejidad reside en que hay veces que no resulta fácil de diagnosticar, pues la enfermedad tiene un período de latencia de dos semanas entre que contraes la enfermedad y empiezas a tener síntomas. “Cuando empiezan los picores, prácticamente no hay lesiones en la piel. Tú como dermatólogo no ves nada, pero el diagnóstico de sarna siempre lo tienes que tener en mente”, incide el experto.
Colegios y residencias
Y más desde la pandemia, pues a raíz de ese momento los casos de sarna no han dejado de crecer. A principios de año se conoció el caso de un brote en una residencia de Oleiros y recientemente se estudió a varias personas en un centro de educación secundaria de la ciudad, aunque estas no llegaron a causar una concentración de casos. Según indican desde el área sanitaria, actualmente “no hay ningún brote abierto en colegios y los casos que se estudiaron fueron casos aislados, de origen familiar”. “Hay tanta sarna que ya no nos sorprende”, confiesa el jefe de Dermatología.
Este tipo de centros, que “antes no eran habituales”, ahora se han convertido en espacios donde es fácil que puedan surgir una diseminación de casos. “En entornos donde el contagio puede ser muy invasivo, como un colegio, se debería estudiar, al menos, a la gente de su clase, porque la sarna es contagiosa”, alerta Del Pozo.
El problema en la juventud
Aunque no hay un perfil concreto del paciente, pues la puede tener cualquiera, sí se ha detecta un aumento significativo de infecciones entre los jóvenes de entre 18 a 25 años. “Incluso un poco menos, con 16, estamos viendo casos a mogollón. Y son los más complicados porque es gente que se relaciona más, que sale de fiesta... Pero luego llegan a casa y están con sus padres o van a la residencia a ver al abuelo. Muchas veces –o casi siempre– los casos de sarna en las instituciones empiezan por una cosa así”, advierte.
Y el contagio resulta un poco una lotería: puede ser que te infectes o no. Del Pozo explica que no considera la sarna “muy” contagiosa porque no es como una enfermedad vírica, pero “tampoco es difícil contagiarse”. Este se produce siempre por contacto directo, ya sea “de piel con piel” o por el roce con superficies con el ácaro. Es decir, “el bicho no sobrevive fuera de la piel, pero si una persona con sarna se ha sentado en un sitio y ha depositado sus huevos, otra persona que se sienta después se puede contagiar. Y en las sábanas de la cama igual”. Lo mismo ocurre en lugares como los probadores.
“La gente se sorprende de tener sarna porque tiene una connotación tremendamente negativa. La asocian con suciedad o pobreza extrema. Y no es así. La tiene todo tipo de gente independientemente del género o condición social”, recuerda.



