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A Coruña

La Ciudad Vieja de A Coruña llora por su sauce

El ejemplar, que da nombre al mesón de la calle Sinagoga, será reemplazado por el Ayuntamiento 

Ciudad Vieja sauce llorón
El sauce de la Sinagoga, hace un año y ahora
Patricia G. Fraga / Quintana

La Ciudad Vieja de A Coruña perderá próximamente su sauce más emblemático, el que da nombre al mesón de la plaza de la Sinagoga. Los técnicos del Ayuntamiento, tras estudiar el estado del ejemplar, comprobaron que este tiene parte de su raíz rota, de ahí que esté torcido. Por este motivo, se retirará y se plantará otro sauce en su lugar. 

El Gobierno local cuenta con un programa de gestión de arbolado en el que se reflejan los requisitos que deben cumplir las diferentes especies existentes en la ciudad. Además, se hace un análisis riguroso de los árboles con el fin de atender la seguridad de los ciudadanos. En el caso del sauce, causas naturales del paso del tiempo han provocado que este deje de tener sujeción. 

El actual árbol es de este milenio, pero hay indicios de un sauce en la calle Sinagoga desde hace más de un siglo, concretamente, ya a finales del XIX se referencia la existencia de esta especie en esta pequeña plazuela junto a lo que se estudia si es una mikvé y junto al mesón que, precisamente, lleva el nombre de ‘El Sauce’. 

En concreto, los servicios arqueológicos municipales tienen datado un dibujo a lápiz del sauce junto a la sinagoga de los años 90 del siglo XIX, lo que hace pensar que su estancia es todavía más larga en el tiempo. Aunque su autoría no está clara, El Ideal Gallego, en 1952, aludía en un comentario sobre una exposición de José Seijo Rubio “dos hermosos dibujos en lápiz azul”, uno de ellos: ‘El sauce de la sinagoga’.

Dicho sauce llegó a ser incluso una referencia turística. En el Boletín Municipal de Turismo de 1932, llama la atención la referencia a “un árbol prócer que se alza solitario frente a una vieja sinagoga escondida en el recodo de una calle en cuesta” en un texto sobre las bonanzas de la Ciudad Vieja. Años antes, en ‘Galicia industrial y comercial’ de mayo de 1926 figura también una imagen de la calle Sinagoga en la que se aprecia este ejemplar.

Plaza de Ourense

Pero el de la Ciudad Vieja no será el único árbol que desaparecerá de A Coruña en los próximos días. Uno de los chopos de la plaza de Ourense también se talará, en este caso este sábado, 25 de octubre. De nuevo, el árbol se repondrá.

Por necesidades obligatorias”, matizan fuentes del Gobierno municipal, los dos árboles tendrán que retirarse. En el caso del chopo, se trata del segundo que se talará en la plaza de Ourense en los últimos meses. Al ser una zona de constante tránsito de personas, no queda “más remedio” que proceder a su tala: tiene daños en el anillo y la copa en regresión, por lo que existe un riesgo potencial de caída.

En diciembre de 2024 ya hubo que talar otros chopos –o álamos– de la plaza para evitar una desgracia. Son árboles de crecimiento muy rápido, por lo que se usan muy a menudo. Sin embargo, tienen un problema, que es su corta vida (en términos arbóreos): suele rondar los 150-200 años, tiempo que es aún más breve cuando crecen en un entorno urbano. Según los expertos consultados, los árboles no llevan mejor que los seres humanos el estrés de la ciudad. Así que la mejor decisión fue talarlos.

El chopo enfermo de la plaza de Ourense, a la derecha
El chopo enfermo de la plaza de Ourense, a la derecha
Javier Alborés

Un año antes, también en diciembre, los técnicos municipales habían realizado una serie de podas controladas para tratar de aliviar en todo lo posible a los álamos del peso que suponían las ramas. Pero ya entonces quedaba claro que se trataba de una solución provisional y que pronto habría que tomar una decisión definitiva. Hay que tener en cuenta que tanto estos chopos como el sauce de la Ciudad Vieja tienen un gran valor sentimental para los coruñeses, por eso a veces se hace todo lo posible para retrasar estas medidas.

Picudo rojo

La obligatoriedad de talar arbolado obedece a diversas causas. Además del paso del tiempo, los hongos, troncos ahuecados o plagas son los motivos predominantes. Sin ir más lejos, la grafiosis o el picudo rojo avanzan de forma abrupta y en la mayoría de casos pasan desapercibidos hasta que es demasiado tarde.

El picudo rojo es el insecto que más preocupa a los técnicos municipales. La plaga irrumpió en A Coruña en el año 2017. Entre octubre y noviembre fueron más de veinte palmeras las que desaparecieron del patrimonio arbóreo de la urbe y, según expertos consultados, su proliferación es imparable. Fuentes municipales aseguran que, si hace ocho años había 900 ejemplares públicos, el año pasado había un 10% menos.

Este mismo mes el Ayuntamiento puso en marcha una nueva fase del plan de conservación de las palmeras de la ciudad ante la proliferación a nivel global del picudo rojo. En este caso, se está llevando a cabo una inyección por endoterapia de deltametrina al 1,5% y luego se duchará la corona con nematodos, unos pequeños gusanos. Para llevar a cabo este tratamiento, se utiliza una plataforma autopropulsada de treinta metros. 

Además, los técnicos tratan de evitar por todos los medios que el insecto afecte al palmeral de Méndez Núñez. El Gobierno local realiza revisiones periódicas de las palmeras de la ciudad desde 2017. La plaga está afectando a las palmeras de toda España y es preciso tratarlas para evitar su transmisión.