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A Coruña

Remedios Sánchez, la cocinera 'matayayas' que aterrorizó Barcelona en 2006

La Policía la ha detenido por un nuevo crimen, cometido presuntamente en un permiso de la cárcel de Teixeiro

La asesina de ancianas, Remedios Sánchez Sánchez conocida como la "matayayas", cuando fue detenida en Barcelona
La asesina de ancianas, Remedios Sánchez Sánchez conocida como la "matayayas", cuando fue detenida en Barcelona
'Crímenes' (Movistar Plus+)

Remedios Sánchez  (Boimorto, 1957) era, de entrada, uno de tantas emigrantes que salieron de Galicia buscando un futuro mejor en Cataluña. Pero su historia tiene un final muy diferente. Natural de Dormeá, una parroquia de Boimorto, procede de una familia muy humilde en la que era una más de once hermanos. Llegó a Barcelona buscándose la vida y allí trabajaba como cocinera en un restaurante gallego, Cebreiro. Quienes las probaron, dicen que hacía unas tortillas riquísimas. Muchas de ellas las cataban a diario los agentes de la comisaría que está ubicada en esa misma calle, muy cerca del citado establecimiento. Como suele ser habitual, nadie sospechaba que detrás de esta mujer, normal y trabajadora se escondía una asesina en serie.

Tal y como contaba Mónica G. Álvarez en 'La Vanguardia', su vida aparentemente normal, incluso anodina. Hasta que se supo de sus crímenes. De hecho, había estado casada -un matrimonio del que nacieron dos hijos- y había tenido una relación con un taxista que terminó debido a su adicción a los juegos de azar. 

Sánchez fue la causante de una ola de pánico que aterrorizó a la ciudad de Barcelona en 2006. A principios de ese año, los Mossos d'Esquadra detectaron una serie de robos que, a partir del verano, se convertirían en algo más: crímenes en los que las víctimas eran mujeres mayores que vivían solas. Los agentes llegaron a pedir a ese sector poblacional que no abrieran la puerta a nadie mientras trataban de localizar a una sombra: una mujer ni muy joven ni muy mayor, ni muy alta ni muy baja, una persona profundamente normal de la que no tenían demasiadas pistas.

Su modus operandi, tal y como quedó de manifiesto en el juicio celebrado en la Audiencia de Barcelona en 2008, era muy sencillo. Se acercaba a estas mujeres mayores, a las que buscaba deliberadamente, para tratar de ganarse su confianza. Su adicción a los juegos de azar le llevó a robar primero y a asesinar después. La primera de sus víctimas fue Pepita, una mujer de 83 años, que vivía sola y a la que asfixió el 10 de junio de 2006. Unos días después intentó repetir suerte con otras víctimas que, por suerte, no murieron en el ataque. El 28 de junio, se cobró una nueva víctima mortal, Adelaida, de 96 años, a la que golpeó y estranguló hasta que murió. El 1 de julio, en un nuevo ataque, estranguló a María, de 76 años. La asfixia era el modo habitual con el que terminaba con sus víctimas. 

Sánchez fue condenada en 2008 a 144 años y siete meses de prisión por los asesinatos de tres ancianas, además de la tentativa de otros cinco, siete delitos de robo con violencia y un hurto. La sentencia de la Audiencia de Barcelona la condenó también a pagar indemnizaciones a las familias de las víctimas, que oscilaron entre los 19.000 y los 120.000 euros.