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A Coruña

La medicación para el TDAH vuelve a escasear en A Coruña

Los farmacéuticos advierten de que ya se ha convertido en un problema cíclico que no resuelve la fabricación nacional

Varias cajas de la medicación para el TDAH de la marca Concerta, en la Farmacia Sáez de Linares Rivas
Varias cajas de la medicación para el TDAH de la marca Concerta, en la Farmacia Sáez de Linares Rivas
Javier Alborés

La escasez de medicación para el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) vuelve a golpear a la ciudad coruñesa. Aunque la situación no es tan grave como la del año pasado, cuando el desabastecimiento fue generalizado y provocó una peregrinación desesperada de los padres entre farmacias, el futuro no es muy esperanzador. Los farmacéuticos advierten de que ya se ha convertido en un problema cíclico para el que, por el momento, no hay una solución clara a la vista.

Actualmente solo existe una falta notificada al Ministerio de Sanidad de este tipo de medicamentos. Se trata de la presentación de Rubricrono de 54 miligramos. “Es una falta puntual y, de momento, tiene sustituto de sobra”, explica Ramón Saez, vicepresidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña (COFC). De hecho, esa misma marca tiene otra presentación de 27 miligramos para el que no hay problema.

Por el momento, la situación se va resolviendo en los mostradores de las farmacias, que se ven obligadas a hacer cada día un ‘encaje de bolillos’ para ir supliendo unas faltas de fármacos a las que, por desgracia, están más que acostumbrados.

Así, la escasez de Rubricono se cubre con otras marcas como Concerta, que desde los graves problemas de desabastecimiento sucedidos el año pasado realiza una distribución controlada. Pero no en todos los casos el cambio se puede llevar a cabo en las propias boticas, ya que algunos necesitan incluso una receta nueva. “Unos liberan un porcentaje de principio activo de manera inmediata y otros de forma más lenta. El cambio de marca muchas veces implica un cambio en la manera de liberación, pero ahora mismo hay alternativa entre los que se liberan de la misma manera”, asegura el farmacéutico.

Sáez define la situación actual como “tranquila” y asegura que no se parece a la sufrida en 2024. Pero apunta que se volverá a repetir: “Ya es un problema cíclico que las farmacias hemos tenido que incorporar a nuestro día a día”. Y es que a pesar de que cuando saltaron las alarmas por desabastecimiento el año pasado se tomaron medidas, como incrementar la fabricación nacional, esto no resuelve del todo el problema: “La producción del principio activo se concentra, sobre todo, en países asiáticos. Por mucho que se fabrique aquí, necesitamos la materia prima. Es un factor muy limitante”.

Distribución controlada

Las marcas recurren entonces a realizar una distribución controlada de los fármacos para el TDAH, una especie de ‘cuentagotas’ para que no haya un desabastecimiento total en ningún instante, lo que provocaría serios problemas, sobre todo para los niños en edad escolar, el perfil más habitual de esta medicación.

Aunque esta falta se nota especialmente tras la vuelta al cole, pues muchos pacientes realizan una pausa en los meses de verano, esta no parece ser la razón de la falta, defiende Sáez. Se trata, más bien, de un problema general, pues ocurre también con otros medicamentos. “Llevamos así 15 años”, lamenta el farmacéutico.