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sábado | 27 abril | 2024
Cada año se abren varias concesiones en el Puerto Exterior a medida que las empresas abren nuevas operaciones. Normalmente, cuando los coruñeses piensan en Punta Langosteira, su mente evoca imágenes de petroleros que transportan el crudo a la refinería de Repsol, pero eso es solo una parte del tráfico. A Coruña es el principal puerto cerealero de la cornisa cantábrica o, como lo describió el presidente de la Autoridad Portuaria, Martín Fernández Prado, “es el granero de Galicia”.
Prado hizo estas declaraciones frente a una enorme montaña de cereal que avalaba sus palabras. Se celebraba la inauguración de la nueva cinta transportadora del grano de la empresa TMGA, que permite automatizar la descarga de grano en su terminal agroalimentaria. Al evento acudió María Jesús Lorenzana, conselleira de Economía, Industria e Innovación; Carlos Calvelo, alcalde de Arteixo y Patricio Erhard, consejero delegado de TMGA, entre otros.
El nuevo circuito cerrado de transporte ha costado más de 8 millones de euros y forma parte de un proyecto de TMGA valorado en más de 45 millones del cual solo resta la construcción de unos nuevos almacenes agroalimentarios de más de 6.000 metros cuadrados cuyas obras comenzarán este año y que ampliarán la superficie total a 47.000 metros cuadrados. La capacidad de almacenamiento se estima en más de 250.000 toneladas de productos agroalimentarios.
Puede parecer una cantidad enorme, pero no hay que olvidar que se transporta más de un millón de toneladas al año tanto por las viejas dársenas de la ciudad, como por el Puerto Exterior: en 2013, fueron 1,56 toneladas, en 2019, 2,17. El año pasado se llegó a las 2,257 de las que 1,42 se descargaron en Punta Langosteira. Es decir, que todavía se producen descargas de grano en los muelles interiores de la ciudad, pero el traslado avanza, y no solo de graneles.
En efecto, parte del material de la cinta se obtuvo de la vieja medusa, ya desmontada, para reciclar. “Es una nueva infraestructura que consolida Langosteira como la primera dársena marítima de Galicia”, declaró Prado, que felicitó a TMGA. Hay que señalar que esta empresa fue de las primeras en instalarse en el Puerto Exterior, solicitando una concesión en 2014 para abrir el primer almacén al año siguiente. “Diez años después, aquí están. Los primeros en hacer este nuevo hito: su primer circuito cerrado mecanizado”, explicó el presidente del Puerto, que señaló que permitirá rebajar la huella de carbono, puesto que ya no será necesario usar camiones para transportar el grano o la harina hasta el almacén.
“Queremos seguir potenciando este perfil. Lo podemos hacer: somos líderes en este sector gracias a empresas como TMGA”, declaró Prado, que recordó que “desde aquí damos de comer al 70% de los pollos, vacas y cerdos de Galicia, que se dice pronto”. De hecho, el puerto coruñés es tan estratégico que durante la huelga de transportes de hace dos años fue necesario abrir corredores alimentarios para evitar tener que sacrificar la cabaña ganadera gallega en tres días. Pasada esa crisis, toca seguir adelante, y la inversión no deja de crecer.
El consejero delegado de TMGA, Patricio Erhard, señaló que la iniciativa ha sido fruto de su alianza con Munge, que trajo el primer el barco de productos de alimentación, de 20.000 toneladas, en 2015 y que la semana pasada, se descargó el primer barco de forma automática. Según el director técnico, Yago Mallo, dependiendo de la densidad del producto, estas cintas pueden vaciar un barco en dos o tres días. Los más grandes de estos transportes pueden llegar a contener 60.000 toneladas de granel, aunque lo habitual es que sean mucho menos. Munge mueve 800.000 toneladas solo en A Coruña, lo que significa que el trafico de esta empresa supone unos veinte barcos al año como mínimo, aunque puede llegar a los 30.
La grúa, en el muelle, vierte el granel (ya sea grano o harina) en la tolva, y la introduce en la cinta, y esta gana altura hasta dejarla caer sobre otra cinta que se interna en los almacenes, justo en el techo. Una sistema la dejar caer formando un cono de hasta 18 metros de alto. Al legar a ese nivel, un radar lo detecta y comienza desplazar el chorro, de manera que se forman dos líneas continúas de granel que acaban cubriendo toda la nave. Esta es tan grande que los pájaros se cuelan en ella, dispuestos a darse un festín con todo el grano acumulado, pero un millar de pájaros comiendo sin parar no darían abasto. En total, es casi un kilómetro de circuito (910 metros).
Inversiones como esta, consolidan la posición de A Coruña como líder del tráfico agroalimentario en el noroeste español. Prado adelantó que TMGA ha solicitado otra concesión para un nuevo almacén en este gran granero portuario.
