EL TIEMPO LO DIRÁ

Las cosas poco o nada han cambiado en la casa de Guadalix de la Sierra, donde las excentricidades de Belén Esteban le siguen dando morbo a GH VIP. La semana se ha caracterizado por la eliminación de un Víctor Sandoval, que, una vez fuera de la casa, con muchos frentes abiertos, se ha quitado la careta y ha comprendido que su gran protegida, “La Esteban”, era una tramposa y, que como tal, no podía ni debía ganar el programa.
Eso lo apuntaba un Víctor con un síndrome confusional de grandes proporciones que debía hacérselo mirar. Él mismo, incluso, llegó a decir que era tonto, que no era una persona normal y que cuando le pusieron “los tornillos en su cabeza, le habían dejado uno flojo”. Vaya personaje. Está fuera del programa, evidentemente, por sus locuras dialécticas y sobre todo por ser el bufón de la corte de palmeros que Belén Esteban mantiene a raya en una casa donde, a la colaboradora de Sálvame el buen humor le dura menos que un caramelo a la puerta de un colegio.
Belén apenas ha cambiado. Se sigue creyendo la reina del mundo mundial, su egoísmo es cada vez más latente, sus “pollos” con sus compañeros son cada vez más frecuentes, que si la dejan sin comer, que le tienen la guerra declarada, y, para colmo, llegó a insinuar que la periodista gallega Ángela Portero se había drogado. La de San Blas, quizá sin saberlo, porque su coco no da para más, se está desangrando emocionalmente a pesar de que trata en todo momento de imponer su ley.
Su despotismo es insoportable en un ambiente donde su estrella se apaga por su propia inercia. Es la princesa del paripé. Sus bajadas de azúcar ya no cuelan tampoco. Qué listo fue Jesulín de Ubrique. Belén tiene acojonada a toda la “cuchipandi” de la casa. Puedo entender que estar tanto tiempo confinada en un lugar puede provocar sensaciones extrañas y fuera de lo común, pero lo de esta mujer no tiene precio.
Igual que el favoritismo con el que juega Telecinco sobre su popular tertuliana, en especial sus compañeros (no todos) de Sálvame, que flaco favor le están haciendo. Toda esa campaña la desacredita todavía más. De igual forma que cuando ganó el programa ¡Más que baile! allá por el año 2010, venciendo en la final a la cantante Edurne, en una decisión que fue calificada de tomadura de pelo. Aquello fue vomitivo. Y ahora, si no hay milagro, este GH VIP lleva el mismo camino. El tiempo lo dirá.

EL TIEMPO LO DIRÁ

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