EL RITUAL MAJESTUOSO DE UNA CATA DE VINOS

Vaya por delante que no me considero un experto en vinos, pero sí que me gusta participar en este mundo tan extraordinario que es acudir a una cata de vinos, donde la sensación que te invade es que te acabas introduciendo en un mundo mágico de sabores que te invitan a vivir y soñar. En este contexto, tuve el placer de compartir con Pedro Aibar, director general de la bodega, la presentación del Coto Mayor crianza 2010 (de trago fácil), el Coto Imaz aniversario reserva 2008 (para tomar con buena carne) y por último, del Coto reserva 2010 (ideal para pensar). La cita, que se celebró en Casa Claudio, congregó en su establecimiento de San Andrés a numerosos fieles de este tipo de degustaciones.
El ritual de una cata me parece muy ceremonioso. El protocolo siempre es el mismo: la copa y el vino. Tú te pones serio, lo miras, lo hueles, tumbas un poquito la copa para ver el color, lo pruebas, mantienes unos segundos el sorbo, lo paladeas, te acabas poniendo más serio, y lanzas tu veredicto. En tu cara, en tu gesto, decides si te gusta o no. Y esa ceremonia, que tiene mucho de cinematográfica, se repite cuando el representante de la firma, explica con todo tipo de detalles la procedencia del vino, su edad, las variedades de uva con lo que está elaborado, etc. El vino es como la música. Es la perfecta excusa para recomendar en diferentes estados de ánimo: para cuando estás triste, feliz, melancólico, enojado o festivo. Con estos ingredientes, la vida pasa a ser bella, liviana, optimista y alegre en esencia y estructura. El vino está hecho para disfrutarlo y beberlo. Y si es comiendo, mejor. Te evitarás muchos “sunamis”.
A la conclusión, mantuve un enriquecedor cambio de impresiones con Pedro Aibar. Me asegura que el 40% del vino tinto de calidad que se consume en nuestro país es Rioja,  de forma muy especial en Galicia. Para él, en las Rías Baixas existe un entorno ideal para hacer excelentes blancos. Según su opinión, el clima gallego, cuanto más te acercas a la costa, ofrece mejores condiciones para los vinos blancos. También hablamos de los nuevos hábitos de la juventud. Cambian la cerveza por el vino. Si es así, Aibar reconoce estar ilusionado con que los adolescentes tomen más vino y menos destilados de alta concentración alcohólica. Y termina calificando las cosechas del Rioja 2004, 2005, 2008 y 2010 como excelentes. Fue un placer.

EL RITUAL MAJESTUOSO DE UNA CATA DE VINOS

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