HUIR DE VENEZUELA

Su llamada de socorro no me sorprendió lo más mínimo. Una paisana que trata de huir de ese horror que día tras día se transmite en cada palmo de terreno que se pisa. Fina dejó su querida Coruña hace unos 50 años (o como dice ella, “realmente me trajeron, no tenía edad para venir sola. Pero bueno, las cosas cambian… y no siempre para bien. Lo importante es tener la inteligencia suficiente para darse cuenta y tomar la decisión correcta”) cuando sus padres y tres hermanos más decidieron ir a hacer las Américas a la próspera y rica Venezuela. Eran otros tiempos. Tiempos de bonanza en los que como ella y su familia, otras muchas, realizaban aquella famosa travesía marítima desde el puerto de A Coruña hasta Caracas.
Hablar de Venezuela ya no mola. Hay miedo y terror en una sociedad donde reina el caos, que desea vivir en paz y no la dejan. “Aquí no hay límites. Vale todo, pero no para todos”. Fina ya no aguanta más y dice basta. Quiere regresar cuanto antes a España. Vuelve a reiterar su decisión de huir y dejar atrás aquel calvario en el que ahora se ha convertido una Venezuela dictatorial, en la que, como dicen por aquellas tierras, “cuando la ignorancia gobierna, quienes saben mucho, huelen mal”. Fina insiste en que cada día que pasa “las cosas van peor, con una situación económica angustiosa, con una inflación exagerada, escasez en medicinas, alimentos y un largo etc.” Y lo más grave y preocupante, “una inseguridad terrible. Debido a todo esto, prácticamente, el país nos está echando fuera. Y hay que irse mientras se pueda. Fíjate (su rabia estalla) que cuando murió mi mamá, no fui capaz de conseguir un pasaje para verla”.
Tiene la intención de regresar a España en febrero de 2015 y le acompañará su hija pequeña con su esposo. “¡Qué voy a hacer sola en este país de locura!”. Son conocedores de que aquí tampoco será fácil, “pero al menos, se vive sin miedo a que te maten por cualquier motivo”. Según ella, es una decisión difícil la que han tomado, pero necesaria, debido a la situación que tiende a agravarse cada día. Tampoco es una cuestión de “aventura”, ya que “somos personas demasiado centradas para eso”. Sus planes, los normales y lógicos: buscar trabajo y tratar de tirar “p’alante”. Saben cómo está la situación en España, pero en ningún país te regalan nada. Vienen a tratar de vivir… y sobre todo “vivir en paz”. Suena muy bien.

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