UN DEPORTIVO PEREZOSO

Nos hemos llevado otro chasco cuando era más que necesario sumar los tres puntos. Pero no fue así. Y lo peor es que no veo síntomas de que esto se pueda remediar. La derrota del Deportivo frente al Getafe causa alarma en el deportivismo. Y creo que también en el propio técnico y en la propia plantilla, sin olvidarme, lógicamente, de una directiva donde las preocupaciones se acrecientan cada día que pasa. Hay que buscar soluciones a tanta desidia y sobre todo a tanto disparate sobre el terreno de juego. Este equipo no nos puede ilusionar como lo hizo frente al Valencia y cagarla de semejante forma ante los azulones.
No se puede jugar tan rematadamente mal. No se puede salir al campo con semejante empanada. No se puede jugar con tanta pereza y desgana. Ahora llega el Córdoba, el colista, que al igual que el Deportivo, busca miles de soluciones para salir del pozo en el que siempre es fácil caer y tremendamente complicado salir. Qué le puedo decir yo a Víctor Fernández y la plantilla que ellos no sepan.
Al loro de esto que les cuento, circunstancias familiares me llevaron la pasada semana a Madrid, y una vez más, a Majadahonda. Ya saben, los hijos, los nietos… para colaborar en eso que ahora se llama un cambio en la estructura familiar y en el que todos estamos implicados y muy ilusionados. Una vez allí, me busco una cafetería para ver el Depor-Getafe por la tele. Mi sorpresa es mayúscula cuando en el recinto abundan los gallegos. Los dueños, camareras, cocineras… clientes, paisanos de Vigo, Pontevedra, O Grove… El ambiente, propicio para disfrutar con un triunfo coruñés. Pero el balón acabaría por llevarnos a una realidad diferente.
Los comentarios eran un reflejo: “El Deportivo no tiene equipo. No hay un duro”, apuntaba un pontevedrés, quien, por cierto, se ponía morado con un plato de rabo de toro. Entraron en liza dos matrimonios, también gallegos, hablando de que Pontevedra “tira” por el Deportivo, de la altanería viguesa por su ciudad y sus playas y el celtismo que predomina en Santiago. Alguno incluso recordó al Súper Depor de Bebeto y compañía, mientras el Deportivo naufragaba en una noche aciaga. Hoy en Córdoba no cabe más opción que ganar. Con actitud y agresividad todo es posible. Lo contrario, sería volver a los fantasmas del pasado. Y no lo queremos.

UN DEPORTIVO PEREZOSO

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