¿Hasta cuándo Gaizka Garitano?

Ya no sé cómo calificar la campaña que está realizando el Deportivo en la Liga. Para muchos aficionados, el futuro tiene un destino muy claro: el descenso. Pero hay otros que siguen ilusionados y confían en salir de este agujero en el que se ha metido la plantilla que dirige Gaizka Garitano. Lo único cierto, y no sé si esto tiene arreglo, dejar pasar el tiempo y ver cómo el equipo se debate semana tras semana en una lucha que, mientras no se demuestre lo contrario, parece complicadísima, creo que es un lamentable error. No se pueden hacer las cosas peor. El equipo no reacciona y las posibilidades, conforme pasan las jornadas, de mantener la categoría, se reducen considerablemente.
Un servidor también era de los que planteaba, y lo sigo haciendo, que existe plantilla con suficiente talento para nadar en aguas más tranquilas. Pero algo está fallando y desde el banquillo no se acierta a la hora de aportar soluciones. Estamos cansados de aguantar las mismas disculpas y las mismas justificaciones de siempre y por tanto, urgen soluciones inmediatas. Hablo de que hay una plantilla con talento y posiblemente superior a muchas de las que existen en esta Liga de los ricos, pero a la hora de la verdad no se demuestra en el campo. Ahí es donde hay que demostrarlo. Creo que a este Deportivo le falta intensidad y agresividad en su fútbol a lo largo de los noventa minutos de juego. Hay exceso de distensión en momentos determinados, sobre todo cuando el marcador es favorable y en lugar de ir a matar el partido, el equipo se relaja y después llegan las dudas. Es como si se jugase a no perder en lugar de echar el resto para sumar la victoria (que nadie olvide que solo ganamos cuatro partidos en esta Liga).  
También sé que no todos los rivales son iguales y el comportamiento y las motivaciones de los futbolistas juegan un papel muy importante cuando tienen enfrente un rival de cinco estrellas. También se nos tacha de que tenemos muy poca paciencia con el equipo y el técnico. Que hay que ayudar. Que hay que animar y no criticar.  Que tenemos que tener paciencia. ¿Más todavía? Como diría la psicóloga Valeria Sabater (¡Qué difícil tiene que ser encontrarle sentido a una situación tan anómala y problemática!): “Tener paciencia no es lo mismo que ser pasivos ante los egoísmos o las carencias. El amor puede ser ciego, pero la paciencia debe tener un límite”. Y creo que ya la hemos sobrepasado. El club tiene la palabra.

¿Hasta cuándo Gaizka Garitano?

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