CUANDO LA COCINA ES UN ARTE

De un tiempo a esta parte hablar de cocina es una de las comidillas de muchos corrillos donde los jóvenes y veteranos suelen hacer sabrosos comentarios sobre los platos típicos de nuestra tierra. Esto viene a cuento por el éxito que ha tenido el Fórum Gastronómico Coruña 2015, donde el ingenio de los participantes nos deja en el paladar mucho arte en esa labor de crecimiento de una cocina muy marcada internacionalmente y calificada como vanguardista.
Un servidor es de los que siempre manifiesta que curiosear en este mundo tan abundante de los sabores es estar vivo. El premio gordo de esta edición, como la mejor tapa, ha sido para un taco de jurel marinado con salsa de lima limón, una creación de Diego Bello y que recrea sus genialidades en el Attica 21. Un jurel, por cierto, que ha sido el rey del certamen, ya que este pescado azul estaba presente en tres de las ocho tapas finalistas.
Me llama la atención la destreza, el cariño y el mimo con el que estos profesionales del sector orquestan semejantes platos, cuya presencia en muchos casos, poco tienen que ver con los más tradicionales. Aquí puede entrar en escena el famoso dicho de que siempre acabamos comiendo con la vista. Si esto es así, sin duda la “fotografía” de este plato presentado por Diego Bello reúne todas las exquisiteces exigidas para llevarse el jurel al plato.
Hablando de ellos, me viene a la memoria el último certamen de tapas y pinchos celebrado en A Coruña, donde los diferentes honores se los repartieron Spoom, Bar Culuca, A Cancela, Jazz Café y Lamaripepa haciendo pleno en diferentes apartados, donde el ossobuco, ensaladilla, galicatesen de tierra y mar, una muselina de bacalao y unas delicias de picadillo de chorizo con huevos de codorniz hicieron las delicias de todos aquellos que tuvimos el acierto de saborear.
Entre ellos, me quedo con la mención especial a la tapa creativa del Jazz Café. Su muselina de bacalao con tomatina de pasas, tosta de malta y brochetas de patata “Rock & Roll” era para darle las dos orejas, el rabo y sacar a hombros a su autora, Isabel Longhi, una entusiasta solidaria, que entre sus fogones y sus fantasías, se esfuerza día a día para que nos olvidemos de lo más tradicional, la tortilla, las patatas… y nos centremos, como insiste ella, en una gastronomía llena de contrastes, diversa, moderna y sin límites.
Es el sueño de una pequeña pero enorme profesional. Es lo que viene.

 

CUANDO LA COCINA ES UN ARTE

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