LA CHAPUZA DE LA A-8

Lo ocurrido en la autovía del Cantábrico, la A-8, en el tramo entre Mondoñedo y Abadín donde lamentablemente falleció una mujer en el accidente ocurrido hace unos días motivado por la niebla, se veía venir. La catástrofe pudo ser mayor, sobre todo por las condiciones climatológicas donde el trazado discurre a una altitud de unos 700 metros, y que, por la experiencia que también sufrí en ese lugar, hoy día no puedo entender cómo ese punto kilométrico se mantiene todavía activo.
De no tomarse medidas urgentes, se puede convertir en una vía maldita. Otra vía maldita más en Galicia. La reapertura de este tramo tras el accidente, es vista y no vista. Hoy sí, mañana no… Es para preocuparse. Esa zona no puede mantenerse abierta en semejantes condiciones. Si esto ocurre ahora que estamos en verano, no quiero pensar lo qué puede ocurrir cuando llegue la época invernal que por esos lares suele ser muy crudo.
 Y hablando de experiencias, en el pasado mes de junio viajé a Santander. Por fin, evitaría la siempre incómoda carretera de la costa para llegar a tierras cántabras ya que los tramos de la ya famosa autovía, tras varios años en obras, se habían abierto a la circulación. La sorpresa fue cuando llegamos a ese punto negro sobre las 11.30h. y el espesor de la niebla se hizo visible. El día era soleado. Lo pasamos muy mal. Transcurridos unos eternos minutos, dejamos atrás esa pesadilla. Al regreso de Santander, a media tarde. llegábamos nuevamente a ese fatídico escenario. El día, también, era soleado y magnífico para disfrutar del viaje. La niebla acechaba. La visibilidad era completamente nula y nuestra preocupación iba en aumento. Reduje la velocidad a extremos incomprensibles. Seguimos “palante” como podíamos, al mismo tiempo que veíamos como alguna que otra furgoneta y algún coche “volaban” sobre la carretera desafiando el peligro. No sé el tiempo que pasó hasta ver la luz pero aquellos conductores estaban jugando con su vida y con la de los demás.
Después de lo sucedido el pasado sábado 26, es necesario meditar. Tomárselo en serio. Parece ser que se han colocado nuevas balizas de niebla y señales reflectantes más potentes limitando la velocidad a 80 kmh. Todas las medidas me parecen pocas. La niebla siempre va a estar ahí. Y el peligro también. No es cuestión de velocidad. Es cuestión de saber si ese tramo está en el lugar adecuado o hubo un clamoroso error a la hora de diseñar esa chapuza. Fomento debía explicarlo.

LA CHAPUZA DE LA A-8

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