VERDADES DE PERO GRULLO

Amodo de denuncia, ha dicho el portavoz socialista en el Parlamento gallego, Méndez Romeu, que  Feijóo sale “diez veces más” en los informativos de la Televisión de Galicia que el secretario general del PSdeG,  Gómez Besteiro. ¡Hombre: normal! Eso es lo que se llama una verdad de Pero Grullo o perogrullada, que, según la Real Academia, es una verdad o certeza que, por notoriamente sabida, “es necedad o simpleza decirla”.
Habré de aclarar que hablo de normalidad, porque las cosas no pueden ser de otra manera. Y en este caso por dos razones. En primer lugar, porque la actividad de un presidente de una comunidad  autónoma genera inevitablemente más noticias que la de un dirigente provincial que, además, no tiene presencia en las instituciones de alcance regional. Lo en principio anormal y denunciable sería que acaparara más cámara que el titular de la Xunta.
Pero hay una segunda razón. Y es que su actuación hasta ahora como secretario general del PSdeG da para lo que da. Se trata de un dirigente al que le encantan las frases bonitas (v.gr: “Nosotros sólo hacemos coaliciones con los ciudadanos”), pero que se viene distinguiendo por su escasa consistencia política y por ponerse de perfil en casi todo.   
Estoy con quienes entienden que Besteiro, al que los gallegos apenas identifican como  alternativa a Feijóo, no ha conseguido hacerse con las riendas del partido ni ha resuelto los problemas domésticos que heredó. Además, con eso de que no habla de cuestiones internas, lo que hace es echar sobre la realidad un velo de silencio escasamente ejemplar y democrático.  
Todo ello ha venido a cuento del acuerdo PP-PSdeG para la “aplicación inmediata” de la ley que desde hace tres años regula los medios públicos gallegos. La ya no tan nueva norma prevé que en un plazo máximo de seis meses desde la entrada en vigor de la misma habría de procederse a una reelección de director general. Tal vez en ello se pilló un poco los dedos el PP. Como en otros puntos de la ley. Ahora tendrá que seguir dando largas al asunto si no quiere cargar con las consecuencias.
Y hablando de televisiones. Resulta admirable que, a raíz de la crisis de Televisión Española, el PSOE se haya puesto al frente de la procesión a la hora de reclamar la vuelta a la cadena pública de la publicidad comercial, cuando fueron ellos mismos quienes se la quitaron para regalársela a las cadenas amigas y asegurarse así su favor. Al menos deberían reconocer su error. Pero no. Lo reclaman ahora como si  no hubieran tenido nada que ver. ¡Cuán frágiles son algunas memorias políticas!

VERDADES DE PERO GRULLO

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