GOLPES DE FUERZA

El Partido Socialista retomó días atrás una práctica de moda en los años de la Transición: la convocatoria de la gran familia socialdemócrata  europea para una exhibición de apoyos al líder del momento. En aquellos años, tanto González como el propio proceso de restauración fueron referencia relevante en los varios cónclaves habidos. Ahora lo ha sido Pedro Sánchez en un acto que ha significado el pistoletazo de salida de las campañas electorales en perspectiva.
La segunda gran cita preelectoral ha venido dada por el debate sobre el estado de la nación, donde  Sánchez ha mostrado de nuevo su fijación con Rajoy, antes que su diligencia por articular discursos sólidos, constructivos y creíbles. Parece que los árboles no le están dejando ver el bosque. Pienso en ocasiones que Pedro Sánchez es consciente de su debilidad dentro del partido y que tal vez por ello se dedica –para afianzarse– a dar golpes de fuerza. La destitución de Tomás Gómez y de la directiva del PSM ha sido la primera muestra. La segunda, la expeditiva forma en que ha puesto al frente del mismo a Gabilondo.
Y la más reciente: su agresivo discurso contra Rajoy. Me admira que la oposición política y mediática haya puesto el grito en el cielo por la despedida que le dedicó el presidente. Pero después de haber calificado varias veces de sinvergüenzas a la bancada popular, lo de “patético” no pasó  de pellizco de monja si es que siquiera llegó a insulto. De todas formas, o habría que desligar la crisis del socialismo español de la que vive en su conjunto la familia socialdemócrata europea, que desde la caída del muro de Berlín, el proceso de globalización y la crisis económica anda buscando  ómo redefinir un proyecto ideológico que atraiga a amplias capas de la ciudadanía.
Francia, por ejemplo, acaba de vivir un terremoto político a raíz de un más que modesto proyecto liberalizador: la llamada “ley Macron”. Un texto “insignificante” y como salido de un grifo de agua tibia”, pero que ha convulsionado al socialismo galo. Los italianos de Renzi ni están ni se les espera. De británicos y alemanes no se aguardan grandes novedades. En definitiva: que después del fracasado intento de Blair, no se atisba en el horizonte el líder que pueda sacar de su ya largo descuadre a la socialdemocracia europea. 

GOLPES DE FUERZA

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