La felicidad de los españoles

Aseguran los economistas que medir la calidad de vida es harto complicado.  Por eso, la dificultad para encontrar un indicador adecuado del bienestar individual ha hecho que se recurra al más fácil sistema de contabilizar los ingresos económicos personales en el bien entendido supuesto de que el dinero da la felicidad.
Y eso es mucho entender,  porque la felicidad es compleja y representa un estado de ánimo que se va formando a partir de muy diversos factores. Para el doctor Enrique Rojas, por ejemplo, la felicidad es una vida lograda cuando haces balance de cuatro grandes temas: amor, trabajo, cultura y amistad. Y no depende de la realidad, sino de la interpretación que de ella uno mismo hace. Otros estudios psicológicos establecen  que a partir de seis alternativas para elegir se produce la infelicidad, lo cual no es inhabitual en este mundo complejo, disperso y globalizado que vivimos.
Sea como fuere,  los estadísticos se han puesto a ello a través de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), que en su edición de 2013 ha incluido un llamado Módulo sobre Bienestar. Se trata de un conjunto limitado de preguntas que mide aspectos de la calidad de vida que van más allá de la dimensión material o de los ingresos percibidos y que, al igual que la encuesta principal, está armonizado a nivel europeo. Pues bien,  lo primero que el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha concluido al efecto es que una mayoría de españoles se encuentra global y razonablemente satisfecha con su vida, de modo que en el promedio estatal se roza el notable; el 6,9 exactamente. Es decir,  más o menos lo mismo de lo que señalan los estudios europeos para el conjunto de los habitantes de la Unión.
Ello, como es obvio, no significa que los españoles estén satisfechos con todas las facetas de su vivir. En particular, la complacencia es más elevada que el promedio general en lo que respecta a la vivienda que cada uno ocupa y a las relaciones personales. El grupo más satisfecho con el tiempo que tiene para hacer lo que le gusta es…. el de los jubilados. Obvio. Por otra parte, se desconfía muy mucho del sistema político y del sistema judicial.
Por territorios: Melilla, Baleares, Navarra, Ceuta y País Vasco destacan por la valoración global de la vida. Galicia es la sensiblemente más insatisfecha, con Castilla y León y Andalucía acompañándola en la cola de la clasificación. De los diez indicadores considerados, nuestra comunidad  es última en siete de ellos y anteúltima en otro. Sus mejores notas son en seguridad percibida –cinco puntos por encima de la media autonómica– y en confianza en la Policía. Más negativos no se puede ser.

La felicidad de los españoles

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