CORRUPCIÓN O CORRUPTELAS

¿Corrupción o corruptelas? Esto es: ¿delitos o, como define la Real Academia, perversiones de poca importancia? Me imagino que, a la vista de lo que se viene sabiendo estos días de la operación Pokémon, buena parte de la opinión pública se está preguntando a quién hacer caso: si a los informes acusatorios de los investigadores que llegan a la mesa de la juez Pilar de Lara y que pueden resultar no ajustados a la realidad de los hechos –porque de todo ha habido y hay en la viña del Señor–, o a quienes proclaman por activa y por pasiva, una y otra vez y de forma rotunda su inocencia.
Personalmente he sido siempre escéptico ante quienes a las puertas de los juzgados dicen tener la conciencia tranquila. Pero hay quien lo hace con tal convicción y persistencia que uno llega hasta a estar tentado de prestarle credibilidad. Entre estos últimos se lleva la palma, sin duda, el alcalde de Lugo, Xosé Clemente López Orozco.  Si al final de los tiempos judiciales no llegan a ser las cosas como él dice, su cinismo habría sido enorme. Y quienes le conocen no lo creen capaz.
Sea como fuere, lo cierto es que lo que se va sabiendo del sumario revela un poco de todo: apariencias de irregularidades delictuosas, perversiones de corto vuelo, favores, recomendaciones, auxilios laborales y chismes. Sin embargo, encuadrado todo ello bajo el epígrafe de la corrupción política se puede estar dando la impresión de que en la Pokémon hay mucha más cera que la que realmente arde.
Por eso tal vez, hay quien empieza a preguntarse si estarán justificados  los medios y el tiempo invertidos, la larguísima duración de las imputaciones y las medidas cautelares tomadas. Y no hay que olvidar que aún falta por deshacer o aflojar el nudo gordiano del procedimiento. Esto es: establecer la relación causa/efecto entre dineros, sobres, telefonazos, enchufismos y amiguismos, y la comisión de irregularidades delictivas en las propias adjudicaciones de concursos públicos. Conexión que en sede judicial pudiera resultar harto difícil de demostrar. Y ya se sabe que la justicia penal exige bastante más que conjeturas, suposiciones, sospechas y probabilidades. En estos terrenos lo importante no es cómo empiezan las cosas, sino cómo terminan.
Se quejan algunos imputados de que la juez Pilar de Lara ha levantado por capítulos el secreto del sumario y que ello está propiciando una difusión parcial e incompleta de lo sucedido. Pero eso no es –creo– culpa o responsabilidad de la magistrado, sino de la violación sistemática del secreto sumarial, levantado sólo para las partes, pero no para el público o terceros no personados en la investigación. Luego condenarán muchos los juicios paralelos.

CORRUPCIÓN O CORRUPTELAS

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