CADA CUAL POR SU LADO

Comprendo que no haya sido noticia porque con toda naturalidad se daba por descontado. Pero creo que no debería pasar por alto el hecho de que el PP era quien contaba con la mayoría de representantes para la constitución de la Diputación coruñesa (13) y que, por tanto, los llegados lo han hecho por la puerta de atrás en virtud de esos pactos entre perdedores,  que en esta edición han alcanzado en concellos, corporaciones provinciales y comunidades autónomas frecuencias nunca vistas. 
Feijóo no ha querido emplear palabras gruesas y ha calificado como “anomalía democrática” estos y otros acuerdos por encima de las urnas, cuando en verdad constituyen un auténtico fraude electoral, aunque todo lo legal que se quiera. Una situación además tanto más inaceptable cuanto que adquiere plena vigencia  en tiempos de supuesta regeneración democrática.   
El hecho es que con sólo ocho representantes (de 31), casi 80.000 votos menos y 200 concejales por debajo del PP ganador en la provincia, el PSOE se ha hecho con la presidencia de la corporación. Y lo que es más chusco: la vicepresidencia y portavocía de la institución han sido asumidas por una formación política  –el BNG– con solo cinco diputados, 130.000 votos y 340 concejales menos que el Partido Popular.
Socialistas y nacionalistas han vivido en el palacio provincial sin mayor incomodidad con el sistema vigente, hasta el punto de que de los 1.637 asuntos llevados a pleno en estos cuatro últimos años, el PSOE ha votado en contra sólo en 22 ocasiones y el BNG, en 51. Son datos ofrecidos por el presidente saliente, Diego Calvo.
Pues bien, después de tan prolongada y pacífica connivencia han acordado ahora el adelgazamiento de la Diputación. ¿Cómo? En base a una serie de transferencias de hacia arriba –Xunta– y hacia abajo –concellos– que una y otros habrán de asumir si quieren. Supongo que en tal paquete irá el adelgazamiento del personal, pues no tendría sentido mantener funcionarios sin competencias. No habrá que olvidar que en este 2015 los gastos de personal se llevan 30 millones. 
Veremos, por otra parte, cómo funcionará esa “voluntad de cambio” que manifiestan. Porque la situación no augura nada bueno a la vista de la distinta concepción que PSOE y BNG tienen del papel que las diputaciones están llamadas a desempeñar. Los nacionalistas abogan por la desaparición de las mismas y así lo han proclamado. Con tan frágiles costuras, da la impresión que salvarán su matrimonio de conveniencia sólo a base de funcionar cada uno por su cuenta.

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