Ya está bien

Esta semana hemos vivido un auténtico esperpento diario de gestión de la Marea. Nuestro alcalde ha demostrado que después de casi tres años de gobierno sigue siendo el novato de la clase. Las irregularidades, los errores, las rectificaciones y las contradicciones han sido el pan y la sal cada día en los medios. El último despropósito nos ha llegado a golpe de viernes y afectando a un grupo de coruñeses que ya no pueden más. Desde estas líneas exigimos a Ferreiro que deje de jugar con a los cooperativistas del Ofimático. Después de prometer por lo civil y por lo penal que el pasado mes de enero estarían en sus viviendas, los despacha con el anuncio de una nueva prórroga de cinco meses. La excusa, esta vez, es darle aire a la empresa para que acabe unas obras que ya deberían estar terminadas hace tiempo.
La presión de los propios afectados y la denuncia de la oposición obligaron a Ferreiro a retirar el expediente de esta prórroga que suponía duplicar el plazo inicial de ejecución de seis meses. Al alcalde no le importa que cada día que pasa los cooperativistas pierden dinero. Hablamos de gastos de 120.000 mensuales. Ferreiro duerme tranquilo mientras los cooperativistas tienen que pagar alquileres aunque sus casas estén terminadas. Pasa por alto y sin mirar que los cooperativistas siguen pagando las hipotecas de viviendas listas, pero vacías. Detrás de cada gestión que no realiza hay coruñeses afectados que ya no pueden seguir soportando el peso de su incompetencia.
 Ya está bien de jugar con todos los ciudadanos. En su semana magnífica el alcalde ha tenido que rectificar en 24 horas por la subida que nos pretendía colar la concesionaria de la ORA. Ha tenido que retirar de un programa, pagado con el dinero de los coruñeses, de charlas antivacunas que atentan contra de todas las recomendaciones sanitarias. Ha tenido que dar marcha atrás en el nuevo retraso que quería autorizar en el Ofimático. Ha tenido que reconocer posibles errores en la compra de dos inmuebles al firmante sin nombre. 
 Una ciudad como la nuestra no puede estar instalada en un caos permanente. Prisionera de la improvisación y de la incapacidad de un Ferreiro más preocupado por las fotos y las ocurrencias que por resolver los verdaderos problemas de los coruñeses. 

Ya está bien

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