Tristes, pobres y desalentadores, pero presupuestos al fin

Habemus presupuestos. Sobre la bocina del quinto mes del año, sacados con fórceps y con el alcalde y sus intrusos enfurruñados por tener que tragar con los tirones de orejas del interventor y el secretario. Pero tenemos presupuestos.
No son para echar cohetes. La Marea ha estado dándole vueltas en vano a una cuestión que tenía que estar resuelta hace mucho tiempo. El resultado es triste, pobre y desalentador. Son unas cuentas de mínimos, propias de quien ni sabe ni quiere aprender. Son quince millones menos que en 2015, con un 30% menos de inversiones, de espaldas a los barrios y sin soluciones para el gran problema que a todos nos preocupa: el desempleo. El presupuesto destila la fobia que el gobierno local le tiene a las negociaciones, al consenso, al diálogo y a admitir de una vez por todas que solo aciertan cuando rectifican. Esta vez además vienen obligados. Les hemos obligado entre todos.
Para el Partido Popular la condición sine qua non era garantizar que todas las asociaciones que tuvieron convenio en 2014 lo tuviesen también en 2016, y al menos por el mismo importe. Es un alivio para más de ochenta entidades que han vivido estos meses con una angustia innecesaria y que no tenía sentido. Es de suponer que la próxima vez que Ferreiro recurra al latiguillo de la “xente do común” se le disparen los coloretes. 
Ha sido un primer cuarto bochornoso, en el que el gobierno ha tirado por la borda las esperanzas que muchos coruñeses habían depositado en sus fuegos de artificio. El problema radica en que gobiernan sin querer. Llegaron remando en su chalupa y se encontraron con un trasatlántico. Y donde no hay patrón…
Estamos preocupados. La Marea ha paralizado la ciudad, ha decepcionado y se ha manifestado como un auténtico fraude. ¿Dónde yacen aquellas 99 medidas urgentes? ¿Es la ciudad más rebelde o más tullida que hace un año? Sueñan en sus delirios más o menos inducidos con acabar con el PP. Y el PP responde: seguiremos ejerciendo una oposición férrea pero responsable. Seguiremos escuchando a las personas. Seguiremos defendiendo a todos los coruñeses.
El asunto está feo, pero si se lo proponen aún llegamos a tiempo de remontar. Nuestra mano está tendida. Estamos dispuestos a correr un tupido velo a cambio de que se pongan a trabajar mañana a primera hora. Les invitamos a remangarse las camisas de leñador y a preparar ya los presupuestos de 2017. Pregunten y les responderemos. Pero señor Ferreiro: háganos el favor de dejar de haraganear.

*Rosa Gallego es 
concejala del PP
 

Tristes, pobres y desalentadores, pero presupuestos al fin

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