Galicia es excepcional: no quiere líos, queremos futuro

El final del verano nos ha devuelto a la tozuda realidad. Hemos entrado en septiembre con un Gobierno en funciones desde hace ya ocho meses, atrapado por posturas sin explicación y de difícil comprensión para el común de los ciudadanos. Con este panorama, propiciado por los profetas del “no porque no”, encaramos, desde Galicia, un proceso electoral que debería servir como ejemplo.
Queremos que España sea como Galicia. No al revés. El proyecto que encabeza Alberto Núñez Feijóo se revela como el único capaz de ofrecer el progreso que los gallegos hemos disfrutado en los últimos siete años. No hay mejor aval que el firme avance de Galicia por el camino de la recuperación para desear cuatro años más de estabilidad. Frente a la falsa nueva política, el Partido Popular se presenta al 25-S con una verdadera y eficaz renovación. Hemos tomado nota. De nuevo, somos el partido que escucha desde la humildad y que mejor encaja con los gallegos.
No hay más que asomarse y echar un vistazo a lo de enfrente. No hay alternativa. Una vez más, el único argumento de la oposición es destruir. No aspiran a más que a sumar las minorías suficientes para impedir que gobierne la mayoría. Con tan miserables alforjas se echan a un camino que no conduce a ninguna parte. Esa es toda su ilusión, toda la propuesta que pueden ofrecer a Galicia y a los gallegos.
Juegan a ver quién la monta más gorda. Parecía complicado superar el lío de los socialistas, incapaces de gobernar su patio interior. Pero faltaba el espectáculo de las Mareas de Podemos, dispuestas a desentenderse de las ciudades en las que mal gobiernan para enfrascarse en la pelea por los restos del naufragio de Podemos. Los coruñeses hemos sufrido en nuestras propias carnes las consecuencias de los experimentos consagrados a intentar gestionar a golpe de tuit. Quien escoja su papeleta no sabrá si vota a Beiras, a Pablo Iglesias, a IU, Equo, Cerna, Espazo Ecosocialista, a los amigos de Bildu, Hugo Chávez… 
Tampoco merecen mayor comentario los espectáculos del BNG o Ciudadanos. Los unos, en barrena; los otros, errantes por el desierto en busca de su oasis. Todo eso mezclado y triturado en una túrmix es la alternativa. Pobre oferta aquella que plantea caos frente a una Galicia que lleva siete años creando empleo, que ha blindado sus servicios públicos mejorando sus prestaciones, que recupera sus sectores estratégicos a base de innovación, que ha acercado la Administración a los ciudadanos, que ha crecido y que sienta las bases para seguir creciendo.
Galicia es excepcional. Tiene que ser la excepción en una España hambrienta de estabilidad, ansiosa de bienestar y ávida de tranquilidad. Encaramos el camino hacia 2020 con un proyecto, con unos principios y con un candidato. No hay dilema.
* Rosa Gallego es portavoz municipal del PP
 

Galicia es excepcional: no quiere líos, queremos futuro

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