Desaloje, señor alcalde

Mola ser okupa. Es muy antisistema pintar las paredes, vivir sin reglas, adorar la anarquía y escandalizar a las gentes de bien que solo aspiran a vivir en paz. Los okupas necesitan la violencia como método. Si por una casualidad o un error de cálculo alguien les abre la puerta de, pongamos como ejemplo, un palacio enmoquetado no les va bien. Prefieren sentirse intrusos, saltarse leyes y normas, y autoproclamarse, autogestionarse y auto lo que sea. Porque mola ir a la contra.
Son muy de izquierdas, ajenos sin duda a que fue precisamente la República, la Segunda, la presidida por Manuel Azaña, la que promulgó la Ley de Vagos y Maleantes, aprobada en 1933 por unanimidad en las Cortes Constituyentes. Lo que vino después, ya todos lo sabemos. Pero la historia se repite y hoy nuestra ciudad ha caído en manos de quienes protegen a los okupas y le dan la espalda a los desempleados. Es lo que hay. Ni se esfuerzan en disimular.
Y eso que hablamos de okupas de verdad, de los que se niegan a hablar incluso con sus más fervientes valedores. Xulio Ferreiro y sus concejales. Legitiman por escrito a los de la Comandancia de Obras, les regalan una reforma por 7.000 euros de la caja de todos los coruñeses, les dejan enchufarse a la luz “por la patilla”… ¡Si hasta un contenedor les ha puesto! Y, a cambio, ni los dejan asomarse a la puerta. ¡Qué triste es la vida del okupa de terciopelo!
Parece una broma, pero para muchos la cosa es seria. Para las 32 empresas, por ejemplo, que presentaron sus ofertas a la licitación de las obras, previstas por 1,3 millones, y que ni siquiera han podido ver lo que hay ahí dentro. Inversiones en peligro, otra de las especialidades de la casa. Al alcalde no se le pide nada del otro mundo. Simplemente que cumpla y haga cumplir la ley. Y la okupación de la Comandancia es, a todas luces, ilegal y delictiva.
Hágaselo mirar, señor Ferreiro. Consulte al doctor Noriega, que en esto de saltarse la ley es un especialista. Máster en disturbios por la Universidad de Cacheiras. Y si no está dispuesto a proteger a los coruñeses, dígalo sin ningún tipo de ambigüedad. Póngase del otro lado de la barricada y lance sus artefactos incendiarios contra los 2.700 vecinos que hace dos años tenían un trabajo y ahora ya no
 Sensatez y sentido común. Recuerde que hasta la fecha solo en la rectificación ha encontrado el acierto. Invoque la transparencia perdida y dele con energía a la escoba del Plan RUA, o como quiera llamarle ahora. Es cuestión de trabajar. Llevamos dos años esperando. 
Cumpla con su obligación. Desaloje
 

Desaloje, señor alcalde

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