Una cosa es predicar y otra dar trigo

Este viejo refrán refleja a la perfección el sentimiento que está generando la gestión del actual Gobierno de la Marea en las asociaciones y entidades de esta ciudad. El último libro de despropósitos tiene su capítulo final el próximo jueves, 30 de junio. Las entidades socio sanitarias ubicadas en la Fundación Antonio Tenreiro, gracias a un convenio con el Ayuntamiento, tendrán que hacer las maletas y abandonar sus locales. Con la angustia por ver su trabajo de muchos años al borde del precipicio, diez agrupaciones de afectados por enfermedades especiales ya han recibido el preaviso de que tienen que marcharse, porque el Gobierno de la Marea no renueva el convenio actual.
La incomprensible decisión lleva la marca de la gestión del actual gobierno. No se ofrecen explicaciones; no hay alternativas; carece de cualquier atisbo de sensibilidad, y hace oídos sordos a las opciones puestas sobre la mesa. En el caso del Grupo Municipal del Partido Popular la solución fue planteada, negro sobre blanco, al Pleno con una moción, aprobada por la mayoría, y despreciada por el gobierno de la Marea, para reformar y utilizar la antigua sede de Padre Rubinos. Nadie les puede reprochar, eso sí, que no vayan de cara: presumen de despreciar la soberanía de la Corporación y actúan en consecuencia, con su burla a los más elementales principios democráticos.
Las opciones son claras y polarizadas: o se está con quienes pelean día a día por ofrecer a sus semejantes una vida mejor o se está por complicarles la existencia a asociaciones que tienen en la cooperación con el prójimo su única razón de existir. 
Nadie olvida que en su momento el gobierno de Carlos Negreira tuvo la agilidad suficiente para atajar un problema derivado de las deficiencias detectadas en el centro García Sabell. Por eso a nadie le debe extrañar que ahora que la situación es crítica los afectados pidan el auxilio ante la evidencia de que el Gobierno de la Marea nos le ha dado ninguna solución, salvo palmaditas en el hombro que de eso saben mucho. Mucho predicar y poco dar trigo. 
Desde el PP hemos articulado una alternativa a través de un enmienda, una opción que comenzaba con una aportación de 50.000 euros –un “Dillo ti” mal contado– para hacer el proyecto en 2016 y convertir la antigua sede de Padre Rubinos en el espacio que estas asociaciones necesitan para su supervivencia.
La Marea dijo no. El PSOE dijo tampoco. No es no y ahora la situación para estas entidades es crítica. Por eso, el próximo jueves, si no se busca una solución cientos de enfermos no tendrán locales para ser atendidos por sus asociaciones. Cueste lo que cueste hay que evitarlo. Tampoco olvidamos que decenas de entidades siguen esperando a que el Gobierno Local les pague sus convenios, casi con un año de retraso, lo que les ha llevado a una situación de asfixia económica. Pero a los concejales de la Marea les da igual, porque, por mucho que digan, no están “coa xente do común”. Ni se les espera.

*Rosa Gallego es 
concejala del PP
 

Una cosa es predicar y otra dar trigo

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