A CORUÑA ESTÁ DE FIESTA

Se habla de más de 100.000 personas en los conciertos gratuitos celebrados en la plaza de María Pita, en la playa de Riazor y en algún escenario ciudadano más. No está nada mal. Es un número significativo de personas que oxigenan los agobios de la crisis a través de la música. Hasta que los “saraos” musicales acaben, puesto que aún queda música que escuchar, de “balde”, los números irán aumentando como indicativo de que para muchos es una válvula de escape. Aunque el “horno no esté para bollos” si parece que está para fiestas y esa es una buena señal porque distiende el músculo de la apatía ciudadana con una sonrisa relevando el  rictus de seriedad que la sociedad lucía en los últimos tiempos. Se puede decir  ante las evidencias que la “música amansa a la crisis”.
Después de las fiestas, ya veremos. Pero de momento da gusto ver las calles llenas de gente, de familias paseando, participando, y disfrutando de las actividades programadas, sean musicales o de otra índole festiva. Hacía falta.. “Cada uno habla de la feria según le va en ella”. Y ahí está el trabajo, el gran reto de los programadores a la hora de organizar unas fiestas que satisfaga a “todos” los públicos, a pesar de los recortes. Dicho así, parece una utopía, pero no el buscar la aceptación de una mayoría, que es la conclusión que se puede sacar del número de asistentes. Tengo constancia personal y a través de las redes sociales de que fueron cientos de personas de diferentes puntos de Galicia, Asturias y Portugal que acudieron al Noroeste Pop Rock y supongo que también a otros eventos musicales que alcanzaron alta cotas de asistencia.  
Aún con recortes presupuestarios  lo más racional es adecuarlos a los actos festivos, que tengan mayor capacidad de atracción popular, potenciándolos promocionalmente como escaparate para captar un mayor número de visitantes porque  las fiestas, además de diversión para todos –coruñeses y visitantes– son una inversión porque dinamizan el tejido económico, potenciando el consumo, y el desarrollo  turístico de la ciudad. Las cifras de ocupación de los hoteles son proporcionales al ambiente distendido que se vive en la ciudad en “pié de fiestas”.

A CORUÑA ESTÁ DE FIESTA

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