Adiós a un icono de las verbenas: Alvarito

Me llama Sito Sedes para darme la noticia: murió Alvarito. Automáticamente saltan mis resortes motrices del recuerdo y empiezo a repasar aquellos momentos que compartí con Alvaro Pita cuando coincidimos, en 1991, en el programa de la TVG, “Radio Onte”.
Compartimos camerino, él como director de la orquesta “all star” del programa, donde figuraban músicos de diferentes orquestas gallegas, y yo como presentador. Con anterioridad a ese encuentro, había coincidido en varias ocasiones con él, aunque nunca habíamos profundizado en nuestras conversaciones en lo referente a nuestras vivencias profesionales. Alvarito que empezó como vocalista-animador de la orquesta Los Espallantes, más tarde convertida en orquesta Spallant, formó posteriormente parte de la orquesta X, hasta llegar a Los Satélites, con Pucho Boedo como compañero en las lides canoras.
Con Los Satélites se fue a Venezuela en 1955 y mientras que la orquesta se volvió para casa, el se quedó allí una temporada disfrutando de aquel ambiente. A su regreso, se quedó en Madrid siete años y de regreso entró en Los Mayorales con los que fue a Jordania, donde actuó para él rey Hussein... “¡Era un bailón! –gustaba de comentar con una sonrisa–, le encantaba el merengue y lo bailaba bien. Un día me pregunto cómo era la música de mí país y le bailé una muiñeira... ‘Very well’, decía, ‘very well’. Pero estalló la Guerra de los Seis Días. Íbamos para seis meses, pero solo estuvimos dos y medio. Marchamos con los calzoncillos por poco...”.
Me hablaba, maravillas de su estancia en Japón –donde estuvo en  la orquesta que acompañaba a la artista norteamericana Connie Francis– y siempre acababa haciendo alusión a Pucho Boedo compañero y amigo, con cierta “frustración”, celoso por el reconocimiento popular que este tenía y que a él se le “negaba”. Ante el micrófono fue un estilista elegante, un “dandy”, capaz de tocar y cantar todo tipo de palos, desde la cumbia al tango, pasando por los boleros. Confeso “satelista” de toda la vida, conversador ameno y pasional, icono de las verbenas coruñesas, se fue todo un clásico de la canción coruñesa. Que la música te acompañe, Alvarito.

Adiós a un icono de las verbenas: Alvarito

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