De espaldas al pueblo

Ellos se arrogan la auténtica representación del pueblo. El pueblo andaba despistado, con una desorientación evidente, hasta que llegaron ellos, los representantes del pueblo, el pueblo auténtico, claro, porque los demás son explotadores, engañados y confundidos. A veces, en lugar de pueblo dicen la gente, quizás para diferenciarla de la gentuza que no es gente, pero ellos son los que saben qué quiere el pueblo, sus auténticos intérpretes. Excepto si el pueblo no piensa lo mismo que ellos, respecto a la prisión permanente revisable, y entonces, ellos no están confundidos, sino que se ha confundido el pueblo.
Entiendo el voto del PNV, representante exclusivo del pueblo vasco –los vascos y las vascas, como suelen repetir en cansina perífrasis– porque tienen que llevarse bien con los palmeros de ETA, y a algunos de los que movían el nogal para que ellos recogieran las nueces podría afectarles. Entiendo el voto de Podemos, naturalmente, en plena coherencia con no votar nada relacionado con la prudencia, pero no entiendo el voto del PSOE. Y el problema no es que no lo entienda yo, sino que no lo comprenden bastantes de sus militantes y muchos, muchos, de sus votantes.
Los partidos políticos son los representantes del pueblo. Me refiero a todos los partidos políticos convencionales, fuera de los nacionalistas que consideran una extravagancia que haya personas que no les voten, y de los autoproclamados representantes de toda la gente. Y, naturalmente, hay diferencias entre la masa electoral, por fortuna, y esa es la base de una sociedad democrática. Pero hacía tiempo que no veía de una manera más evidente y nítida ponerse de espaldas al pueblo en una cuestión que, además, no es fundamental en la socialdemocracia, y no digo en el comunismo, porque en Cuba y Corea la prisión permanente “no” revisable, no se vota, sino que se ejecuta. Veremos cuál es el coste de darle la espalda al pueblo.

De espaldas al pueblo

Te puede interesar