Aznar como jarrón

Pues sí, va a ser verdad que los expresidentes son como jarrones chinos que por muy valiosos que sean molestan les pongas donde les pongas. El último episodio que ilustra lo que digo tiene como protagonista a Aznar, que ha decidido “castigar” a su partido renunciando a la presidencia de honor. No creo que a nadie le importe que Aznar sea o no presidente de honor del PP, pero él de esta manera ha querido dejar claro que discrepa con Rajoy.
A estas alturas es más que evidente que se arrepiente de haber designado a Rajoy como sucesor. Eso de designar sucesor siempre sale mal, porque el elegido enseguida deja patente que es autónomo y se pone a mandar sin tener en cuenta los deseos de quien lo nombró. O sea lo que debe de ser, porque de otra manera el elegido sería un títere.
Así que Aznar se queda con su fundación FAES y como militante de base del PP, lo que a Rajoy no le produce ni disgusto ni quebranto. Rajoy es muy suyo y sin decir casi nada hace y deshace a su antojo. En cuanto al resto de los dirigentes del PP, han hecho declaraciones laudatorias sobre el expresidente, pero poco más. A rey muerto, rey puesto y Aznar es el pasado mientras que Rajoy da y quita puestos. Así que más allá de ocupar los titulares de los periódicos de poco le sirve a Aznar dejar de ser presidente de honor del PP. Salvo, que un día de estos nos sorprenda lanzando otro partido político.

Aznar como jarrón

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