Primavera de olvido

Semilla de diente de león nuestra memoria en la mente del ex presidente Adolfo Suárez, fenecido cosmos de olvido por el que vuela frágil siguiendo los dictados de la única resurrección posible, la de liberarse de toda atadura en la forma y el  precario rigor que la ordena para retomarse formal en la siempre imposible idea.
Duele el alma buscar entenderlo, no en vano no somos sino memoria que en los otros halla firmeza. Por eso cuando se nos olvida de algún modo se nos mata. Duro plomo el del olvido/ que en el espejo de la memoria nos quiebra/ sin otra clemencia/ que la de devolvernos al orbe de lo eterno. Lo cabal de la metáfora no colma el desconsuelo de la herida.
Gustamos ser sin querer entender que el orden que nos cautiva no es causa de libertad, sino en lo casual esa cadena a la que llamamos vida y a la que nos debemos. Qué nos importa pues la suerte de esa liberación que en la afirmación nos niega. Cómo alzar la voz para defenderla. Cómo adecentar el hogar para recibirla. Cómo no maldecirla sin otra moderación que el recato de mostrarnos respetuosos con la pérdida, en la medida que hemos de serlo con ese que la extravía no por indolencia sino por la terrible dolencia que lo abismó en vida, es decir, aún en orden, en el caótico seno del universo. Adolfo Suárez fue un día el ágora de nuestro ser colectivo y es hoy la esquina del olvido en la que rompe el viento la común semilla de nuestra suerte. Descanse en paz.

Primavera de olvido

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