EL LOBO Y EL ESTÚPIDO

“Hombre lobo en París, es el título de una canción del grupo La Unión, frase que el pasado día 13 resultó premonitoria. En esa aciaga noche el lobo solitario atacó en grupo a la solitaria manada de hombres y mujeres que habían salido a escuchar música, cenar, charlar, hacer amigos. Personas preocupadas por muchos de los problemas que, estos seres sin categoría ni nombre dentro de la nomenclatura de Linneo, esgrimen como la razón de sus execrables actos. Problemas que son auténticas tragedias causadas por ellos mismos con una mano y reivindicadas con la otra, en un cínico malabarismo, digno de estudio. Que se hace posible, todo sea dicho, por el esfuerzo en la estupidez que realizamos los lobos de la civilizada opinión democrática y políticamente correcta. Buscando entenderlos desatendemos a las víctimas. Y damos por bueno su sueño social sabiendo que no tiene cabida en nuestras vidas y sueños, ni aun en nuestras pesadillas.
No nos engañemos, estos individuos han abjurado de su singularidad y buscan obligarnos a que lo hagamos también nosotros. La vida no se puede reivindicar en la de los demás, y menos aún, tomarla como rehén y ultimarla. Ese elemental derecho no puede quedar al albur de las desavenencias sociales. Por eso no me sirven como excusa de sus actos: su futuro sin horizontes, ni oportunidades... Si la sociedad está enferma hay que sanarla, pero no a tiros en la cabeza de los que te han de ayudar a que sea posible.

EL LOBO Y EL ESTÚPIDO

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