LO HUMANO Y LA HUMANIDAD

La fragancia de lo humano es hoy un hedor de muerte y desolación en el mismísimo corazón de la humanidad. Un grito horrible y asesino en la raya de las fronteras con el que nos saludamos sin tocarnos. Una indecencia más que nos denuncia audaces en retos que nos llevaban a los límites de la capacidad intelectual, y nos rebelan en el otro extremo, más crueles que el más cruel de los homínidos.
Lo humano es la nota y la humanidad la música que lo armoniza y da sentido.No es un contrato social, es un sentimiento más profundo y fraterno, capaz de ir más allá del mero interés personal. Tanto que es capaz de realizar el supremo esfuerzo de proyectarte en el otro, de ser capaz de verte y comprenderte en él, y lo que es más importante, alcanzar a defender en él lo que defenderías en ti. 
Esa ha de ser la razón que nos mueva y conmueva, porque solo ella será capaz de desprendernos de la placenta de egoísmo e indiferencia en que vivimos en este mundo de las diferencias y los excesos, para regalarnos a la auténtica revolución, a la única capaz de realizar cambios profundos. 
No es una ideología, ni un credo, es solo lo humano y la humanidad desnudos de otro compromiso o afán. Porque solo se es donde se es humanamente posible y solo ahí cabe la humanidad. Desnudarse es siempre más sencillo que vestirse. Despojarse es más amable que poseer. Esa ha de ser la clave, porque nada hay más leve que lo humano ni más frágil que la humanidad.

LO HUMANO Y LA HUMANIDAD

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