TRISTE Y CABREADOS, SEÑOR

Lo penúltimo del inquilino de Moncloa (ese señor que lee “Marca” y, según apuntes en el libro B del PP, recibió sobres y pagó en B las obras de la sede del partido del que es presidente) es que quiere echar de España “a los tristes”, pues le emborronan su torpe y mentireiro mensaje y le quitan las ganas de comer.
Y ya avisa: a la ley mordaza que dificulta las manifestaciones y a los recortes que tienen en la miseria a millones de españoles, le une la de la sonrisa presente. Prohíbe la tristeza.
Ya los saben los enfermos de hepatitis, los desahuciados, los parados sin subsidio, los estudiantes sin beca, los niños mal alimentados, los enfermos que llenan los pasillos hospitalarios, los que sufren pobreza energética (¡la luz subió un 18% aunque diga mentiras del Gobierno), los que aún no cobraron por la estafa de las preferentes y los jubilados que estiran su pensión para pagar el copago
Triste y sola se queda la ciudadanía ante un Ejecutivo que prometió “no dar un euro a la banca y abaratar el crédito a familias y empresas” y que nos deja un escenario donde el crédito –desde que pisó Moncloa Mariano– cayó en trescientos mil millones de euros, la mayor caída desde los siglos de los siglos.
A eso añadan ustedes, sonrían, por favor, seiscientos mil ciudadanos que desaparecieron (cansados, emigrados) de las listas del paro, fuera del mercado laboral y un millón largo de personas sin otras protecciones que las organizaciones sociales que cubren los desajustes del Gobierno. Ahí tienen a los titiriteros –músicos, cantantes y cómicos– organizando actos a favor de los enfermos de ELA, pues la política marianista recortó más de un 18% en investigación y retiró, como se sabe, de la sanidad a más de veinticinco mil profesionales.
Triste y sola se queda… la ciudadanía y, a su cabreo, le imponen que sonría, que no ponga mala cara…que se alegre, y esconda sus penas a mayor gloria de quienes están contentos. La banca ganó más de diez mil quinientos millones; la economía sumergida en Galicia alcanza el 20% de su PIB, con lo que supone de bajos salarios y beneficios opacos de los que no habla Montoro y aumento de los millonarios que igual están para un zurzido que para el ladrillo, refugiados en sus Sicav.  Tristes y cabreados los ciudadanos y la caspa, riéndose.

TRISTE Y CABREADOS, SEÑOR

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