TRANSPARENCIAS E INDECENCIAS

Alos niños de nuestra generación nos decían que era de mala educación pararse delante de las pastelerías o ultramarinos. No lo entendía entonces, pero años después sí. A los adolescentes de nuestra generación nos decían en casa que no era de buena educación hablar de dinero… y ya algo vislumbrábamos. Ahora está todo claro…
Los pobres no hablan de dinero, pues no lo tienen y los niños, con las caritas pegadas al cristal de pastelerías y otros templos de la abundancia, podían quedar acomplejados con nuestro chocolate “la rana”, el pan con mantequilla o la loncha (una) de mortadela.
Será por eso que cuando repasamos “el portal de trasparencia” que ofrece nuestro Gobierno, queremos tirarnos por la ventana o echarlos a ellos… a la calle. Otros han denunciado que nace con pocos datos y algunas trabas que solo se le ocurren a los ricos: ponga usted su nombre, el DNI y el número de cuenta bancaria…
Sabemos que Mariano tiene, entre otras, una cuenta en el Banco de Sabadell (lo dijo él, además de confesarse hincha del Madrid, Barcelona, Celta, Depor y Compostela ¿tendrá dinero en todos los bancos de esas ciudades?) y en Hacienda, hace años, se llevaron la sorpresa del siglo cuando confesó su sueldo como político y la cifra declarada superaba en mucho, en muchísimo, la que allí figuraba.
Hay campeones de eso, de contar una cosa y hacer otra y de contar la verdad en el portal y decir mentiras en el cuarto de estar, el baño o la despensa…
Ese portal cuenta que varios subordinados del presidente, muchos altos cargos del gabinete, presidentes de autonomías, diputaciones, ayuntamientos y otros chiringuitos ganan más. Por ejemplo, el director del Banco de España que reclama moderación salarial al resto de sus conciudadanos y se sube la soldada que a mí me parece desmesurada y a mi confesor, indecente. Y no les cuento, pues les fastidio el finde, el salario del jefe del SEPI (que es una sociedad pública para buscar trabajo a las empresas, y ya ven como va la cosa) o el de ADIF, que es eso de Renfe que sube –menos que su sueldo, ya, pero sube– todos los primeros de enero…
Un montón de altos cargos cobran hasta diez mil euros al mes por las incompatibilidades y dieciocho ex altos cargos cobran por compensación hasta diez mil euros anuales brutos. ¿Transparencia? ¡Indecencia!

TRANSPARENCIAS E INDECENCIAS

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